El Gobierno de Javier Milei enfrenta una de sus mayores crisis políticas tras el reciente revés sufrido en el Senado, donde se aprobaron por amplia mayoría leyes que aumentan las jubilaciones y declaran la emergencia en discapacidad. Estas iniciativas, impulsadas por la oposición y apoyadas por legisladores provinciales, fueron calificadas por el oficialismo como de alto impacto fiscal y motivo de profundo malestar en la Casa Rosada.

La sesión, presidida por la vicepresidenta Victoria Villarruel, fue considerada "inválida" por el bloque libertario, que decidió retirarse en señal de protesta. Sin embargo, expertos constitucionalistas sostienen que la sesión fue plenamente válida según el reglamento del Senado y la Constitución. El presidente Milei, visiblemente molesto, acusó a los gobernadores y a algunos de sus aliados de "traición" y descartó cualquier posibilidad de diálogo o convocatoria a los mandatarios provinciales en el corto plazo.

El conflicto se enmarca en una disputa de larga data por la distribución de fondos y la coparticipación entre la Nación y las provincias. Mientras los gobernadores reclaman mayor autonomía y recursos para sus distritos, el Gobierno nacional exige un ajuste en el gasto provincial y rechaza ceder fondos discrecionales. La tensión se incrementó luego de que algunos gobernadores, que inicialmente se mostraron conciliadores, terminaran apoyando las iniciativas opositoras en el Senado.

La reacción del mercado no se hizo esperar: el dólar subió y la Bolsa cayó, reflejando la preocupación de los inversores por la estabilidad política y fiscal del país. Informes de bancos internacionales advierten sobre el debilitamiento de la gobernabilidad de Milei y la fragilidad de su estrategia de superávit fiscal.

En este contexto, el presidente anticipó que vetará las leyes aprobadas y, en caso de que el Congreso rechace el veto, evalúa judicializar el asunto, aunque especialistas advierten que esta vía sería inconstitucional y podría agravar la crisis institucional. Analistas políticos y constitucionalistas han calificado la actitud del Gobierno como "autocrática" y alertan sobre el riesgo de un mayor aislamiento del Ejecutivo.

El escenario político argentino se muestra cada vez más polarizado, con alianzas cambiantes y una campaña electoral en ciernes que promete profundizar las disputas entre la Casa Rosada y los gobiernos provinciales. El desenlace de este enfrentamiento será clave para el futuro de la gobernabilidad y la economía del país.