El médico colombiano Osmar Guillermo Ávila Rodríguez, de 67 años, fue encontrado muerto dentro de su camioneta en la localidad de Merlo, provincia de Buenos Aires. Ávila, especialista en otorrinolaringología, había sido reportado como desaparecido desde el martes por la noche, cuando salió de su casa en Pontevedra para dirigirse a un departamento que alquilaba en la Ciudad de Buenos Aires.

El hallazgo ocurrió en una zona rural de Pontevedra, al costado de la autopista Presidente Perón, luego de que un vecino alertara a la policía sobre un vehículo mal estacionado. Al llegar al lugar, los agentes encontraron el cuerpo del médico recostado en el interior de su camioneta Nissan negra, con dos impactos de bala: uno en el tórax y otro debajo de la axila izquierda. En el asiento trasero del vehículo se encontró un proyectil calibre .38, que habría sido utilizado en el crimen.

Aunque la billetera de Ávila estaba en el vehículo, faltaban las llaves de la camioneta y su teléfono celular, lo que refuerza la hipótesis de un robo. Sin embargo, las autoridades no descartan otras posibilidades, como un ajuste de cuentas. La escena del crimen, ubicada en una zona sin cámaras de seguridad, complica la investigación.

La Fiscalía de Morón, a cargo del fiscal Darío Tunderger, está liderando las pesquisas. Entre las medidas adoptadas se incluye el análisis del recorrido del celular de la víctima para intentar reconstruir sus últimos movimientos. Hasta el momento, no hay detenidos ni sospechosos identificados.

Ávila era un médico reconocido en la zona oeste de Buenos Aires y trabajaba en varios centros médicos porteños. Su muerte ha generado conmoción en la comunidad médica, que lo recuerda como un profesional dedicado. La Federación Argentina de Sociedades de Otorrinolaringología y otros organismos han expresado su pesar y solidaridad con la familia del médico.

El caso sigue abierto y las autoridades continúan trabajando para esclarecer las circunstancias del crimen. La falta de pruebas contundentes y la ausencia de cámaras de seguridad en el lugar del hallazgo representan desafíos significativos para los investigadores.