El Parlamento de Uruguay aprobó este miércoles una pensión vitalicia para Antonio Alzamendi, exfutbolista de River Plate, Independiente y la selección uruguaya, en reconocimiento a su destacada trayectoria y ante la situación de necesidad económica que atraviesa. La prestación, de 26.300 pesos uruguayos mensuales (unos 650 dólares), fue votada tras un intenso debate en el Senado, donde varios legisladores criticaron al mundo del fútbol por no brindar apoyo a sus figuras históricas.

Alzamendi, de 69 años, fue campeón de la Copa Libertadores y de la Copa Intercontinental con River Plate, autor del gol decisivo en la final de 1986 en Tokio, y campeón de la Copa América con Uruguay en 1987. También jugó en Nacional y Peñarol, los clubes más grandes de Uruguay, y en Independiente de Avellaneda, donde dejó una huella importante.

Durante la sesión, el senador Sebastián Da Silva, del Partido Nacional, expresó: “Parece mentira que el poderoso mundo del fútbol permita esto. Lo dejaron tirado y es el sistema político el que le tiene que votar al Hormiga Alzamendi una ayuda de 26.500 pesos. Es insostenible, insólito, yo no lo puedo entender”. Por su parte, el senador Óscar Andrade, del Frente Amplio, destacó que Alzamendi “jugó en los dos clubes más populares de nuestro país, fue muy destacado en Independiente y en River de Argentina, hizo un gol muy recordado que le da el único título mundial a River”.

La pensión graciable es una prestación de por vida que otorga el Banco de Previsión Social a personas que hayan prestado grandes servicios a la República y carezcan de recursos suficientes. Actualmente, 116 personas reciben este beneficio en Uruguay, con un monto promedio de 31.348 pesos uruguayos.

El debate parlamentario reavivó críticas al sistema futbolístico por la falta de respaldo a exjugadores en dificultades económicas. Legisladores de distintos partidos coincidieron en la necesidad de la ayuda, aunque lamentaron que no provenga del propio fútbol. La medida, si bien no resuelve problemas estructurales de desigualdad, representa un alivio para quienes, como Alzamendi, han dejado una huella imborrable en la historia deportiva del país.