La política argentina atraviesa una etapa de recambio en la Jefatura de Gabinete, marcada por la renuncia de Guillermo Francos y la designación de Manuel Adorni, hasta ahora vocero presidencial, como su sucesor. El cambio generó una fuerte reacción del expresidente Mauricio Macri, quien cuestionó la experiencia de Adorni para el cargo y sugirió a Horacio Marín, presidente de YPF, como una alternativa más idónea. Macri expresó sus diferencias públicamente tras una cena con el presidente Javier Milei, lamentando la salida de Francos y calificando la decisión como "desacertada".

Manuel Adorni respondió a las críticas de Macri, señalando que "tal vez le jugó una mala pasada la nostalgia de otros tiempos" y calificando los comentarios como "bastante injustos". Adorni defendió su nombramiento, argumentando que la experiencia no es el único criterio relevante y que su conocimiento de los ministerios y equipos de trabajo le otorga una ventaja en la coordinación del gabinete. Además, subrayó que el equipo lo elige el presidente y que su rol será impulsar reformas urgentes en materia tributaria, laboral y del Código Penal.

El gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, valoró la capacidad de diálogo de Francos pero cuestionó su falta de autoridad para tomar decisiones, señalando la necesidad de interlocutores con poder real en el gabinete. Sáenz expresó su esperanza de que Adorni cumpla con ese rol y destacó la importancia de la coordinación entre el Ejecutivo y los gobernadores para avanzar en las reformas propuestas por el gobierno.

El recambio en la Jefatura de Gabinete se produce en un contexto de tensiones internas en el oficialismo y tras las recientes elecciones legislativas. La relación entre Milei y Macri sigue siendo distante, con diferencias sobre la composición y orientación del gabinete. Adorni, conocido por su perfil mediático y experiencia como analista económico, asume el desafío de consolidar apoyos para las reformas clave y fortalecer la interlocución con los actores políticos y provinciales.

Mientras tanto, el oficialismo busca superar las disputas internas y avanzar en una agenda de reformas que considera fundamentales para la segunda mitad de la gestión. El desenlace de este recambio será clave para el futuro político y económico del país, en un momento de oportunidades y desafíos para el gobierno nacional.