Una intensa ola polar sorprendió a Mendoza este fin de semana, cubriendo de nieve la ciudad y zonas del llano, un fenómeno que no se registraba con esta magnitud desde 2017. Desde la madrugada del domingo, los mendocinos despertaron con techos, autos y calles teñidos de blanco, generando escenas de alegría y asombro entre familias y turistas que aprovecharon para disfrutar y fotografiar el inusual paisaje en parques y plazas emblemáticos como el Parque General San Martín y la Plaza Independencia.

El Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta amarilla por frío extremo y nevadas, con temperaturas mínimas que alcanzaron los -5°C y máximas que no superaron los 5°C. Las autoridades recomendaron evitar traslados innecesarios debido a la presencia de hielo en rutas y accesos principales, mientras que Vialidad Provincial y Nacional trabajaron intensamente para despejar caminos y garantizar la circulación, especialmente en el corredor internacional Cristo Redentor, que fue habilitado con portación obligatoria de cadenas.

El fenómeno, poco habitual en el llano mendocino, generó complicaciones en el tránsito y algunos accidentes menores, aunque sin heridos graves. Defensa Civil y organismos municipales reforzaron la asistencia a personas en situación de calle, habilitando albergues y distribuyendo abrigo y alimentos. "La prioridad es proteger a los más vulnerables ante el frío extremo", señalaron desde la Municipalidad de Mendoza.

La última gran nevada en la ciudad y alrededores se había registrado en julio de 2017, y una menor en 2022, lo que explica la expectativa y entusiasmo de la población. El evento se da en el contexto de una ola polar que afecta a varias provincias argentinas y anticipa un escenario turístico favorable para las próximas vacaciones de invierno, que en Mendoza comienzan el 7 de julio. Las autoridades insisten en la importancia de la precaución y la solidaridad ante las bajas temperaturas y las condiciones climáticas adversas.