En medio de un clima de creciente tensión política, Martín Menem se prepara para ser reelecto como presidente de la Cámara de Diputados el próximo 3 de diciembre. Sin embargo, la reelección no contará con el apoyo unánime de los legisladores, y la oposición ha manifestado su intención de limitar las atribuciones que tradicionalmente se delegan al presidente para la conformación de las comisiones permanentes, instancias decisivas para el tratamiento de proyectos de ley.

Durante sus dos años de mandato, Menem ha sido objeto de críticas por parte de varios bloques opositores, quienes le atribuyen un manejo partidista y autoritario del cuerpo legislativo. Estas tensiones se han intensificado tras el triunfo de La Libertad Avanza en las elecciones de medio término, lo que ha permitido al oficialismo sumar legisladores y acercarse a convertirse en la primera minoría de la Cámara. "No confiamos en que sea ecuánime. No lo fue en estos dos años, menos lo sería ahora", expresaron fuentes opositoras.

La reciente resolución de Menem, que exige la restitución de oficinas y espacios físicos por parte de los diputados que finalizan su mandato, ha generado un fuerte malestar. La medida, que también afecta a legisladores con mandato vigente, busca reorganizar los espacios para dar lugar a los integrantes de La Libertad Avanza. Menem advirtió que habrá sanciones económicas para quienes incumplan la disposición, lo que ha sido considerado por la oposición como un exceso.

El oficialismo, por su parte, defiende la proporcionalidad y el respeto al reglamento en la conformación de comisiones, argumentando que las medidas adoptadas responden a la necesidad de poner orden en la Cámara y optimizar la asignación de recursos. "Son las reglas de juego: nada que no se hubiese hecho en otros gobiernos", justifican desde el bloque oficialista.

La sesión preparatoria del 3 de diciembre será clave para definir la nueva conformación de la Cámara y sus autoridades. Aunque Menem tiene asegurada la presidencia, la oposición evalúa abstenerse en la votación, replicando la postura adoptada el año anterior. El desenlace de esta disputa marcará el tono de la relación entre oficialismo y oposición en el próximo período legislativo, en un contexto de puja por espacios, poder y recursos dentro del Congreso.