El presidente argentino Javier Milei recibió este martes en la Casa Rosada a José Antonio Kast, presidente electo de Chile, en el primer viaje internacional del mandatario trasandino tras su victoria en la segunda vuelta electoral. El encuentro, que se extendió por casi dos horas, marcó el inicio formal de una agenda bilateral que prioriza la cooperación en materia económica, minera y de seguridad.

Durante la reunión, ambos líderes acordaron avanzar en acuerdos estratégicos para facilitar el comercio, la inversión y la explotación conjunta de recursos como el cobre y el litio, con la intención de integrar pequeñas y medianas empresas al circuito y utilizar puertos chilenos para la exportación de minerales argentinos. Milei subrayó que el desarrollo minero conjunto "puede ser una herramienta clave para que millones de argentinos superen la pobreza", aunque informes recientes señalan que el sector ha perdido más de dos mil puestos de trabajo en el último año.

Kast, que llegó acompañado de una comitiva de empresarios y banqueros, también participó en un almuerzo con inversores y manifestó su interés en flexibilizar la explotación de litio en Chile, siguiendo el modelo de incentivos a la inversión implementado en Argentina. El gobierno argentino, por su parte, avanza en la creación de una nueva Agencia Nacional de Migraciones y en una reforma laboral que ha generado críticas de sindicatos y organizaciones sociales, quienes denuncian un retroceso en derechos laborales y condiciones de empleo.

El encuentro no estuvo exento de polémica. Al finalizar la visita, Kast protagonizó un cruce con la prensa argentina, ordenando a un periodista retirar su micrófono y mostrando un trato considerado poco diplomático por varios medios. Este episodio se suma a las críticas de sectores de izquierda y sindicales, que ven en la afinidad entre Milei y Kast una amenaza a conquistas laborales y ambientales en ambos países.

La visita de Kast se produce en un contexto de reformas profundas en Argentina y de expectativas en Chile por la posible adopción de políticas similares. Mientras los gobiernos destacan la oportunidad de una alianza estratégica regional, organizaciones sociales y sindicales llaman a la movilización para defender derechos adquiridos y alertan sobre los riesgos de una mayor flexibilización laboral y explotación de recursos naturales.