El Gobierno nacional, a través de la Secretaría de Turismo, Ambiente y Deportes encabezada por Daniel Scioli, analiza la posibilidad de trasladar a más de 3.000 carpinchos del norte del Gran Buenos Aires a un santuario en el Delta del Paraná. La iniciativa surge como respuesta a la creciente presencia de estos animales en barrios como Nordelta, donde se han reportado accidentes de tránsito, mordeduras y ataques a mascotas, generando preocupación entre los vecinos.

Según Scioli, la propuesta busca ofrecer una solución consensuada y respetuosa del bienestar animal. “Nuestra idea es poner en marcha un programa de traslocación, llevarlos a un hábitat donde puedan alimentarse con pasto, relocalizarlos en una isla, que idealmente puede ser en San Fernando o en Tigre, que funcione como una especie de santuario”, explicó el funcionario tras reunirse con el subsecretario de Ambiente, Fernando Brom. El plan contempla la consulta y el seguimiento por parte de las familias afectadas, con el objetivo de evitar daños tanto para los animales como para los vecinos.

La superpoblación de carpinchos se atribuye al boom inmobiliario en humedales, que ha reducido su hábitat natural y favorecido la convivencia forzada entre humanos y fauna silvestre. En Nordelta, se estima que hay más de 630 ejemplares, y en toda la región norte del AMBA, la cifra supera los 3.000. Alternativamente, se han implementado iniciativas como la vacunación inmunoesterilizante, apoyada por el CONICET y la UBA, para controlar el crecimiento poblacional sin recurrir al traslado masivo.

Sin embargo, la propuesta gubernamental ha generado un intenso debate. Organizaciones ambientalistas y vecinos han manifestado su rechazo, argumentando que el traslado podría vulnerar leyes de protección animal y poner en riesgo tanto a los carpinchos trasladados como a los que ya habitan en el Delta. “No cumple con lo que dice el Gobierno. El Gobierno dice todo dentro de la ley, nada fuera de la ley”, expresó una representante de la organización Carpinchos Nordelta.

Expertos consultados advierten que la relocalización podría no ser efectiva, ya que los carpinchos podrían repoblar otras áreas o sufrir estrés y mortalidad. Proponen, en cambio, modelos de convivencia y la creación de corredores biológicos como alternativas más sostenibles. El debate involucra aspectos legales, ecológicos y sociales, reflejando la complejidad de la relación entre urbanización y fauna autóctona en la región.

Mientras tanto, la discusión continúa tanto a nivel nacional como provincial, en busca de una solución que equilibre la protección de la fauna, la seguridad de los vecinos y el respeto por el entorno natural.