El Batacazo, una rotisería ubicada en Neuquén capital, se ha consolidado como un espacio donde la gastronomía y la inclusión social convergen. Fundado por Rodrigo Domínguez, oriundo de Mendoza, el local abrió sus puertas en octubre de 2024 y rápidamente captó la atención de la comunidad por su propuesta innovadora y su compromiso con la integración laboral de jóvenes con discapacidad.

La carta de El Batacazo se distingue por sus empanadas artesanales, cuyos sabores y nombres evocan la tradición gauchesca, el tango y el folklore argentino. Entre las opciones, se encuentran variedades clásicas y combinaciones poco convencionales, como morcilla con manzana verde, cerdo braseado al vino, y una amplia línea vegana y vegetariana. "Me encanta todo lo que es la Argentina, el tango, el folklore. Siempre quise tener algo que mantuviera vivas nuestras raíces", explicó Domínguez en diálogo con LMNeuquén.

El verdadero diferencial del emprendimiento reside en su costado inclusivo. Desde hace algunos meses, dos jóvenes con discapacidad —uno autista y otro hipoacúsico— se sumaron al equipo, realizando tareas adaptadas como medir ingredientes, armar cajas y porcionar productos, bajo la supervisión de un acompañante terapéutico. "Me gusta aprender de ellos. Se desenvuelven muy bien, y comprendemos que tienen sus tiempos y rendimiento. Todos somos diferentes", señaló Domínguez, quien sueña con ampliar la propuesta y sumar más personas al proyecto.

La iniciativa surgió junto a Diego Vidal, acompañante terapéutico y estudiante avanzado de psicología, quien destaca la importancia de que los jóvenes desarrollen habilidades sociales en un entorno laboral. Para muchos, esta experiencia representa su primer acercamiento al mundo del trabajo, lo que les permite adquirir competencias y confianza.

El Batacazo también ofrece sándwiches especiales y postres tradicionales, reforzando su identidad cultural y el vínculo con las costumbres argentinas. La respuesta del público ha sido sumamente positiva, consolidando al local como un referente de gastronomía con sentido social en la ciudad.

El emprendimiento de Domínguez no solo alimenta, sino que genera oportunidades reales y promueve la inclusión, demostrando que la diversidad y la tradición pueden convivir en una misma mesa. El futuro del proyecto apunta a expandir el esquema de trabajo y seguir sumando historias de superación y encuentro.