Argentina enfrenta una nueva amenaza de ola de frío en pleno invierno, lo que ha encendido las alarmas en el sector energético tras la reciente crisis de abastecimiento de gas. A principios de julio, el país experimentó temperaturas extremas que llevaron el consumo residencial a superar los 100 millones de metros cúbicos diarios, un récord histórico que derivó en cortes de suministro incluso en hogares, algo inusual y riesgoso para la población.

La crisis se agravó por problemas técnicos en yacimientos clave de Vaca Muerta, donde las bajas temperaturas afectaron la producción y redujeron el caudal de gas hacia Buenos Aires en más de 20 millones de metros cúbicos diarios. Además, la falta de decisiones oportunas y de coordinación entre la Secretaría de Energía, Enargas y Cammesa retrasó la conformación del Comité de Emergencia, lo que incrementó el impacto de la crisis. "No se dieron las órdenes de corte en el suministro en tiempo y forma", criticó José Luis Kelly, presidente del Instituto de Subdistribuidores de Gas de la Argentina.

Para evitar un colapso mayor, el gobierno implementó cortes programados a industrias y estaciones de GNC, recurrió a importaciones de gas natural licuado (GNL) y suspendió exportaciones a Chile. Sin embargo, la ejecución de compras de gas a precios superiores al Plan Gas fue más lenta de lo esperado, lo que generó cuestionamientos sobre la eficacia de la gestión estatal.

El debate se centra ahora en la necesidad de nuevos incentivos para la producción de gas seco, fundamental para cubrir la demanda invernal. Productores y analistas advierten que la falta de remuneración adecuada y de previsibilidad en el esquema de precios desincentiva la inversión en pozos que solo operan durante los meses fríos. "Sin un mayor precio, es difícil justificar la inversión en pozos que solo funcionan tres meses al año", explicó el consultor energético Nicolás Arceo.

Mientras tanto, el gobierno sostiene una política de menor intervención y apuesta a que el mercado defina el abastecimiento energético, aunque descarta lanzar una nueva ronda del Plan Gas para el invierno 2026. La reversión del Gasoducto Norte y otras obras de infraestructura siguen pendientes, lo que deja al sistema vulnerable ante nuevas olas de frío. Expertos advierten que, de repetirse condiciones similares, podrían volver a registrarse cortes de suministro, afectando tanto a usuarios residenciales como industriales.