En el marco del Día Mundial de la Hipertensión Arterial, las principales sociedades médicas argentinas han actualizado los valores considerados normales para la presión arterial, con el objetivo de reducir la incidencia de enfermedades cardiovasculares graves como infartos y accidentes cerebrovasculares (ACV).

El nuevo consenso, elaborado por la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA), la Sociedad Argentina de Cardiología y la Federación Argentina de Cardiología, establece que el valor normal para pacientes hipertensos debe ser de 130/80 mmHg, en lugar del anterior 140/90 mmHg. Este cambio se basa en estudios internacionales que demuestran que mantener la presión arterial en niveles más bajos reduce significativamente los riesgos de eventos cardiovasculares.

En Argentina, se estima que entre el 35% y el 40% de la población adulta, es decir, alrededor de 15 millones de personas, padece hipertensión arterial. Sin embargo, el 40% de los afectados desconoce su condición, y solo uno de cada cinco hipertensos diagnosticados logra mantener su presión bajo control. Esta situación refleja un déficit en los controles médicos de rutina y en la adherencia al tratamiento.

“La hipertensión es una enfermedad silenciosa que no presenta síntomas visibles en sus primeras etapas, pero que puede causar daños graves a órganos vitales como el corazón, el cerebro y los riñones”, explicó Nicolás Renna, ex presidente de la SAHA. Según el especialista, controlar la hipertensión podría prevenir hasta el 15% de los infartos y el 18% de los ACV.

El tratamiento de la hipertensión requiere un enfoque integral que combine cambios en el estilo de vida, como una dieta baja en sal, ejercicio regular y manejo del estrés, con el uso de medicación adecuada. Además, los expertos recomiendan realizar controles domiciliarios de la presión arterial utilizando tensiómetros validados, para garantizar mediciones precisas.

El neurólogo Conrado Estol destacó la relación entre la hipertensión no controlada y enfermedades como la demencia y el Alzheimer, subrayando la importancia de un diagnóstico temprano y un tratamiento efectivo. Por su parte, Mario Voskis, miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología, enfatizó que “cuanto más baja sea la presión arterial dentro de un rango seguro, mejor será el pronóstico a largo plazo”.

A pesar de los avances en las guías médicas, la implementación efectiva de estas recomendaciones enfrenta desafíos significativos, como la falta de concienciación pública y la necesidad de mejorar los sistemas de salud para garantizar un diagnóstico y tratamiento oportunos. Las nuevas pautas representan un paso importante hacia la mejora de la salud pública en Argentina, pero su éxito dependerá de un esfuerzo conjunto entre profesionales de la salud y la población.