Priscila Sand, una joven argentina de 27 años oriunda de Campana, denunció haber sido secuestrada durante dos años por su pareja en México. Según su relato, Salvador Zubirán Rabay, un empresario mexicano, la mantuvo cautiva en una casa equipada con cámaras, micrófonos y sensores de movimiento, bajo la vigilancia constante de nueve custodios armados. Durante este tiempo, Priscila sufrió violencia física, sexual y psicológica, además de ser medicada contra su voluntad.

El 15 de abril de 2025, Priscila logró escapar con su hijo de nueve meses gracias a un plan elaborado junto a su hermana gemela y una amiga. Aprovechando un descuido en el cambio de turno de los custodios, huyó con su bebé y un bolso con lo esencial. Ese mismo día, presentó una denuncia en la [Fiscalía Antisecuestro de México](/entities/entity_1747335121874_341) y se refugió en la casa de una persona de confianza.

Sin embargo, su situación sigue siendo crítica. Su expareja la denunció por "sustracción de menores", lo que activó una Alerta Ámber sobre su hijo. Esto impide que Priscila salga de México sin ser detenida. Además, ha recibido amenazas constantes desde su escape, tanto ella como su familia en Argentina.

Priscila ha utilizado las redes sociales para visibilizar su caso y pedir ayuda. En un video publicado en TikTok, expresó: "Vivo aterrorizada. Temo por mi vida y la de mi hijo". También denunció que Salvador Zubirán Rabay tiene antecedentes de violencia contra otras mujeres, incluyendo a la actriz Laura Vignatti, quien también lo acusó públicamente de agresión física y amenazas.

La joven ha solicitado ayuda a la Embajada argentina en México, pero hasta ahora no ha recibido respuestas concretas. Mientras tanto, organizaciones de derechos humanos y activistas han comenzado a movilizarse para exigir justicia.

El caso de Priscila pone en evidencia las dificultades que enfrentan las víctimas de violencia de género para obtener justicia, especialmente cuando los agresores cuentan con poder e influencias. Priscila continúa luchando por su seguridad y la de su hijo, mientras exige justicia para ella y otras mujeres que han sufrido violencia similar.