El boleto mínimo de los colectivos de jurisdicción nacional que circulan por el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) aumentará a $451,01 a partir del miércoles 16 de julio. Esta suba, que afecta a 103 líneas nacionales, corresponde al último tramo del incremento del 21,52% dispuesto por la Secretaría de Transporte nacional y pone fin a un congelamiento tarifario de ocho meses.

La actualización tarifaria, oficializada mediante la Resolución 36/25, se enmarca en un ajuste trimestral iniciado en mayo. El boleto mínimo había pasado de $371,13 a $397,11 en el primer tramo, luego a $424,91 en el segundo, y ahora alcanza los $451,01. El aumento del 6,1% impacta en las líneas nacionales que conectan la Ciudad de Buenos Aires con el conurbano bonaerense y otras zonas del AMBA.

En contraste, las líneas de colectivos bajo jurisdicción porteña y bonaerense mantienen un esquema de subas mensuales, ajustadas por inflación más un 2% adicional. Esto ha generado una brecha tarifaria que, según fuentes, supera el 8% respecto a las líneas nacionales. Por ejemplo, el boleto mínimo en la provincia de Buenos Aires es de $489,61 y en CABA de $488,70, mientras que para usuarios con tarjeta SUBE sin nominalizar, la tarifa puede llegar a $983,18.

El gobierno nacional sostiene que el ajuste responde a la necesidad de cubrir mayores costos operativos y a la reducción real de los subsidios debido a la inflación. "Mayores costos para las compañías con menos compensaciones tarifarias solo puede significar una cosa: el usuario va a tener que afrontar las actualizaciones", advierten desde el sector. Por su parte, los usuarios manifiestan preocupación por el impacto en el costo de vida y la persistente brecha entre jurisdicciones.

De cara al futuro, la Secretaría de Transporte ya analiza nuevas actualizaciones tarifarias para el periodo agosto-octubre, que podrían implementarse bajo un esquema mensual, similar al aplicado en el último trimestre. El debate sobre la sostenibilidad del sistema de subsidios y la equidad tarifaria entre jurisdicciones sigue abierto, en un contexto de inflación persistente y presión sobre los costos del transporte público.