El sector pyme argentino atraviesa una crisis profunda durante el segundo trimestre de 2025, marcada por el avance de las importaciones, la caída de la demanda interna y el aumento de los costos. Según el último informe de la Fundación Observatorio Pyme, el 45% de las empresas industriales se siente amenazado por la competencia extranjera, mientras que el 33% perdió mercado frente a productos importados, alcanzando niveles récord desde 2007.

La situación afecta especialmente a los sectores textil, metalúrgico y de calzado, que son los principales generadores de empleo. Daniel Rosato, presidente de Industriales Pymes Argentinos, advirtió que "de enero a abril de este año cerraron 2.571 empresas y se perdieron 49.600 puestos de trabajo. La caída de las ventas es muy pronunciada y las pymes no pueden hacerle frente al financiamiento alto". Además, los bancos cobran tasas superiores al 70% para préstamos destinados al pago de salarios, agravando la crisis.

El informe destaca que los costos subieron para el 74% de las empresas, pero solo el 35% pudo trasladarlos a precios, lo que afecta la rentabilidad y obliga a adoptar estrategias defensivas como recortes de personal y aumento de insumos importados. El ingreso disponible de los hogares sigue 9% por debajo de fines de 2023, lo que repercute negativamente en el consumo y la demanda interna.

China se consolida como el principal origen de la amenaza importadora, con el 73% de las empresas bajo presión. La Unión Industrial Argentina (UIA) expresó su preocupación por la pérdida de competitividad y empleo, señalando que "la industria enfrenta una suba en los costos internos que tiene un impacto negativo en la producción nacional, junto con un menor nivel de demanda interna principalmente por una mayor competencia frente a la importación de bienes terminados".

El Gobierno, por su parte, prioriza la baja de la inflación y la apertura comercial, pero el sector privado reclama reformas estructurales y alivio fiscal para mejorar los márgenes de inversión y producción. Grandes empresas como Mastellone y Molinos Río de la Plata reportaron balances negativos en el primer semestre de 2025, reflejando el impacto de la crisis en toda la cadena productiva.

La crisis se agrava por la desregulación y la falta de políticas industriales que protejan la producción nacional, en un contexto pre-electoral donde el Gobierno busca sostener el equilibrio macroeconómico. Empresarios y entidades sectoriales advierten que, de no implementarse medidas urgentes, la situación podría empeorar en los próximos meses, profundizando la pérdida de empleo y el cierre de empresas.