La somnolencia excesiva diurna (SED) afecta a aproximadamente el 20% de la población, según datos de la Fundación Nacional de Sueño de Estados Unidos. Este trastorno, que se caracteriza por la dificultad para mantenerse despierto y alerta durante el día, incluso después de un descanso nocturno aparentemente adecuado, tiene consecuencias graves tanto para la salud como para la seguridad.

Expertos como la doctora Silvana Malnis, del Laboratorio de Sueño del Hospital Alemán, y el doctor Joaquín Diez, miembro de la Asociación Argentina de Medicina del Sueño, explican que las principales causas de la SED incluyen trastornos del sueño como el insomnio y la apnea, así como hábitos no saludables como el uso excesivo de pantallas y la restricción voluntaria del sueño. También puede estar relacionada con condiciones médicas como la anemia, el hipotiroidismo y la narcolepsia.

La SED no solo afecta la calidad de vida de quienes la padecen, sino que también incrementa el riesgo de accidentes automovilísticos y laborales. Según la psicóloga María Cristina Isoba, presidenta de Luchemos por la Vida Asociación Civil, conducir con sueño puede ser tan peligroso como hacerlo bajo los efectos del alcohol. Estudios internacionales estiman que el déficit de sueño causa hasta el 30% de los siniestros viales.

Además, este trastorno está vinculado a problemas metabólicos como la obesidad y la diabetes, enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial, y problemas mentales como la ansiedad y la depresión. También afecta la concentración, la memoria y la coordinación visomotora, aumentando el riesgo de accidentes.

El diagnóstico de la SED incluye estudios de sueño como la polisomnografía y escalas de medición como la de Epworth, que evalúan la probabilidad de quedarse dormido en diversas situaciones cotidianas. El tratamiento, según los especialistas, implica mejorar los hábitos de sueño, utilizar dispositivos como el CPAP para la apnea, y abordar las enfermedades subyacentes.

La doctora Malnis subraya la importancia de resignificar el sueño como un aspecto esencial para la salud y la vida cotidiana. "El sueño es parte de la vida, pasamos mucho tiempo de nuestra vida durmiendo. Los problemas de sueño no se resuelven en el sueño", afirmó.

En conclusión, la somnolencia excesiva diurna es un problema multifacético que requiere atención médica, cambios en el estilo de vida y mayor concienciación social. Su impacto en la salud y la seguridad lo convierte en un desafío importante para la salud pública.