El peronismo argentino avanza en el cierre de alianzas de cara a las elecciones legislativas de octubre, en un contexto marcado por la búsqueda de unidad y la persistencia de tensiones internas. El frente Fuerza Patria logró consolidar acuerdos en al menos 20 distritos, ratificando la participación de los principales partidos en la provincia de Buenos Aires y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).

En la sede del Sindicato del Vidrio en CABA, referentes como Guillermo Moreno y Mariano Recalde encabezaron un acto que reunió a dirigentes del PJ y Principios y Valores. Bajo la consigna “Milei o Peronismo”, Moreno destacó la importancia de recuperar los votos perdidos en elecciones anteriores, señalando que "cada voto que recuperamos de un compañero que votó a Milei vale doble". Recalde, por su parte, afirmó que "el pueblo porteño es mayoritariamente peronista" y llamó a enfrentar al gobierno libertario, al que acusó de perjudicar a los sectores populares.

Mientras tanto, en la provincia de Buenos Aires, Juan Grabois mantiene la presión para encabezar la lista de diputados nacionales, amenazando con competir por fuera si no se acuerda su postulación. Grabois cuenta con apoyo en sectores progresistas y universitarios, pero enfrenta resistencia de los intendentes y de figuras como Sergio Massa. La definición de candidaturas se mantiene abierta hasta el 17 de agosto, con la Boleta Única como factor que podría favorecer a Grabois por su reconocimiento público y menor dependencia del aparato territorial.

Cristina Kirchner, actualmente bajo prisión domiciliaria, impulsa la unidad y busca evitar rupturas que puedan beneficiar a La Libertad Avanza. "Lo que quiere Cristina es cerrar con todos adentro", señalaron allegados a la ex presidenta. Massa y Kicillof coinciden en la necesidad de evitar divisiones, aunque las negociaciones continúan en un clima de tensión.

En otras provincias, como Entre Ríos y Tierra del Fuego, la fragmentación interna se traduce en candidaturas separadas, lo que podría dificultar la retención de bancas peronistas. En Salta, en cambio, se logró un acuerdo entre los principales referentes kirchneristas y locales.

El proceso de cierre de alianzas refleja la complejidad de la interna peronista, marcada por la disputa de liderazgos y la necesidad de recomponer fuerzas tras la pérdida de votos frente a Milei. El desenlace de las negociaciones será clave para definir el futuro del peronismo y su capacidad de enfrentar al oficialismo en las próximas elecciones.