El presidente Javier Milei y Adelmo Gabbi, titular de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, participaron de un acto conmemorativo en la entidad, en medio de un contexto económico marcado por logros fiscales y crecientes dudas en los mercados financieros. Milei reiteró ante el auditorio su decisión de vetar cualquier ley que implique aumentos en las jubilaciones si no cuenta con respaldo financiero, enfatizando la necesidad de mantener el equilibrio fiscal. "Vamos a vetar. Aún si se dieran las circunstancias, lo vamos a judicializar", afirmó el mandatario, subrayando que el daño sería mínimo y reversible.

Adelmo Gabbi, por su parte, expresó su respaldo a la política económica del gobierno, aunque sugirió que "las formas y los ritmos a lo mejor no son los adecuados". Gabbi destacó la importancia de cuidar la caja y bajar impuestos para mejorar la competitividad, pero reconoció la dificultad estructural del sistema previsional argentino. "Después de haber aportado durante 45 años, tengo el salario jubilatorio mínimo... Lo que falla no son los presidentes, es el sistema jubilatorio argentino que está mal concebido", señaló.

El acto se desarrolló en un clima de apoyo a Milei, con aplausos y proclamas de "Viva la Libertad, carajo" por parte del auditorio. Sin embargo, Gabbi evitó sumarse a la consigna, aunque aclaró ser "un amante de la libertad en todos los sentidos".

En paralelo, los mercados financieros argentinos atraviesan una fase de corrección tras el auge de 2024. El índice S&P Merval perdió un 25% en dólares en lo que va de 2025, y los bonos soberanos muestran una tendencia bajista, mientras el riesgo país se mantiene en niveles elevados (670-730 puntos). La política cambiaria del Banco Central y la calidad de las reservas internacionales son factores que inciden en la confianza de los inversores. A pesar de los pagos de deuda realizados por el gobierno, la "muralla de deuda" externa y la exclusión de los mercados internacionales complican la refinanciación.

El segundo semestre de 2025 se presenta incierto, con elecciones de medio término y señales de debilitamiento en los resultados económicos. Los reveses legislativos y la volatilidad política añaden presión sobre la sostenibilidad de las reformas. El mercado observa con cautela, a la espera de señales más claras sobre el rumbo económico y político del país.