Una intensa ola polar azotó la provincia de Salta entre el 23 y el 25 de junio de 2025, dejando temperaturas mínimas históricas y una sensación térmica que sorprendió a residentes y autoridades. Según datos oficiales de la Subsecretaría de Defensa Civil y el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), el departamento Los Andes lideró el ranking de frío con una mínima de -8°C, mientras que la ciudad de Salta registró -2°C y una sensación térmica de hasta -7°C en la madrugada del martes 24.

El fenómeno, que incluyó neblinas, lloviznas y la posibilidad de agua nieve en zonas de montaña, motivó la emisión de una alerta amarilla por parte del SMN. Este nivel de alerta implica que las bajas temperaturas pueden ser peligrosas para la salud, especialmente para niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas. Las autoridades recomendaron evitar la exposición prolongada al aire libre, abrigarse adecuadamente y asegurar la ventilación de ambientes calefaccionados para prevenir intoxicaciones por monóxido de carbono.

La ola polar se hizo sentir desde la noche del lunes, cuando el termómetro ya marcaba 0°C y la térmica caía a -1°C. Al amanecer del martes, la ciudad de Salta se encontró cubierta de escarcha, con autos, viviendas y calles congeladas. "Fue una helada de larga duración", confirmó el especialista Ignacio Nieva, quien también destacó que la mínima nacional se registró en La Quiaca, Jujuy, con -10°C.

El SMN pronostica un leve ascenso térmico para el miércoles 25, con máximas que podrían alcanzar los 24°C, aunque el frío persistirá en las primeras horas del día y se mantendrá durante el resto de la semana. Las autoridades municipales habilitaron líneas de asistencia para personas en situación de calle y reiteraron la importancia de proteger a los grupos más vulnerables.

Este episodio de frío extremo superó las marcas anteriores del invierno 2025 en Salta y se enmarca en un contexto de bajas temperaturas que afecta a varias provincias del norte y centro del país. El monitoreo continuará en los próximos días, mientras la población se adapta a las exigencias del clima invernal.