El gobierno argentino, liderado por Javier Milei, atraviesa una semana de alta tensión política y económica tras recibir advertencias de bancos internacionales como JP Morgan, Morgan Stanley, Barclays y Wells Fargo, que alertan sobre posibles cimbronazos económicos y conflictividad social. Estas preocupaciones externas se suman a una caída en los índices de aprobación del presidente, quien ha respondido con un endurecimiento de su discurso y ataques verbales a opositores y aliados.

En el plano legislativo, el Senado aprobó cinco proyectos de ley, algunos ya sancionados por la Cámara de Diputados, pese a las amenazas de veto presidencial. El gobierno argumenta que las leyes son ilegales por no especificar el origen de los fondos, aunque el Senado redirigió recursos de fideicomisos eliminados hacia las provincias. La votación se realizó a mano alzada tras interrupciones técnicas, y se espera que el Congreso alcance la mayoría necesaria para rechazar los vetos anunciados por el Ejecutivo.

La suspensión del viaje presidencial a Tucumán por el 9 de julio generó tensiones con la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien defendió su presencia en la provincia y sugirió recortes en gastos oficiales para financiar políticas sociales. Mientras tanto, el oficialismo acusa a la oposición de intentar un "golpe institucional", en medio de amenazas y discursos violentos en redes sociales, que han sido denunciados ante la Justicia.

En el ámbito económico, el gobierno ha impulsado reformas mediante decretos de necesidad y urgencia, avanzando en privatizaciones y desregulaciones. Sin embargo, las inversiones extranjeras directas han caído en 1.500 millones de dólares desde la asunción de Milei, y la creación de empleo no compensa la pérdida de puestos formales. La reforma tributaria favorece a grandes contribuyentes y reduce la progresividad del sistema, mientras la informalidad laboral alcanza el 42%.

En la provincia de Buenos Aires, las principales fuerzas políticas consolidaron alianzas electorales para evitar divisiones que podrían resultar en derrotas en los próximos comicios. El Frente La Libertad Avanza y el Frente Fuerza Patria competirán en un escenario marcado por la incertidumbre y la polarización. Las próximas semanas serán clave para definir candidaturas y estrategias, en un contexto de creciente tensión política y social.