A pocos días del cierre de listas para las elecciones legislativas en la provincia de Buenos Aires, la alianza entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO atraviesa una etapa de intensas negociaciones y tensiones internas. El principal punto de conflicto radica en el reparto de candidaturas: los libertarios han exigido el 70% de los lugares en las boletas locales, una demanda que genera fuerte resistencia entre los intendentes macristas, quienes consideran inaceptable ceder tanto espacio y buscan asegurar al menos el 25% de los puestos.

Las conversaciones entre los referentes de ambos espacios, encabezadas por Sebastián Pareja (LLA) y Cristian Ritondo (PRO), se han multiplicado en los últimos días, con decenas de reuniones diarias y la expectativa de definir los nombres antes del 19 de julio, fecha límite para la presentación de candidaturas. El PRO, por su parte, logró incluir un apoderado legal en la alianza, lo que le permite salvaguardar sus intereses y bloquear decisiones unilaterales de LLA en la conformación de las listas.

En este contexto, Mauricio Macri ha optado por mantenerse al margen de la negociación directa, delegando en Ritondo la interlocución con los armadores políticos de Milei. Según fuentes cercanas, Macri comprende que la alianza con LLA es fundamental para evitar una nueva derrota electoral y garantizar la supervivencia política del PRO en la provincia, especialmente tras la dura caída sufrida en la Ciudad de Buenos Aires.

Las encuestas recientes refuerzan la importancia del acuerdo: la alianza LLA+PRO lidera la intención de voto con más de 41%, superando al peronismo, que ronda el 33%. Sin embargo, la gestión de Milei y Kicillof registra altos niveles de desaprobación en la provincia, lo que añade incertidumbre al escenario electoral.

En paralelo, el peronismo y otros partidos como la UCR y el GEN también negocian sus candidaturas y lanzan frentes alternativos, buscando capitalizar la fragmentación del electorado. Los referentes libertarios consideran que el acuerdo permitirá poner límites en la legislatura bonaerense, mientras que los intendentes macristas insisten en la necesidad de preservar la identidad partidaria y evitar una excesiva cesión de espacios.

El desenlace de las negociaciones se conocerá en los próximos días, cuando se cierre el plazo para la presentación de listas. El resultado será clave para definir el futuro político de ambos espacios y el equilibrio de poder en la provincia de Buenos Aires.