El doble femicidio ocurrido en Córdoba el pasado fin de semana ha generado conmoción en todo el país. Pablo Laurta, ciudadano uruguayo, ingresó ilegalmente a Argentina con el objetivo de asesinar a su expareja, Luna Giardina, y a la madre de ella, Mariel Zamudio, en la vivienda familiar de Villa Rivera Indarte. Tras cometer los crímenes, Laurta secuestró a su hijo de seis años y emprendió una huida que lo llevó hasta la ciudad de Gualeguaychú, Entre Ríos.

La captura de Laurta se produjo en el Hotel Berlín, gracias a un operativo policial coordinado entre las fuerzas de Córdoba y Entre Ríos. Los efectivos priorizaron la seguridad del menor, temiendo que el acusado pudiera atrincherarse armado. Finalmente, Laurta fue reducido sin resistencia y el niño quedó bajo resguardo de las autoridades. El menor, que presenta Trastorno del Espectro Autista, recibió atención médica y psicológica inmediata, y fue trasladado a Córdoba para continuar con el proceso de contención y definir su futuro bajo la tutela de la Justicia.

Además de los femicidios, Laurta está imputado por el homicidio del remisero Martín Palacio, ocurrido días antes en Entre Ríos. Durante la audiencia judicial, Laurta declaró que su accionar fue parte de un plan para "rescatar" a su hijo de una supuesta red de trata, aunque las pericias psiquiátricas y forenses lo consideran plenamente imputable y con rasgos psicopáticos. El perito Alejandro Farji afirmó: "No es un neurótico, es un psicópata totalmente imputable. No tiene remordimiento porque no hay culpa".

El caso ha puesto en evidencia los desafíos que enfrenta el sistema judicial y policial en la protección de víctimas de violencia familiar. Las autoridades destacaron la coordinación interprovincial para salvaguardar al menor, mientras que los equipos de intervención reconocieron el impacto emocional y la complejidad de la situación. La madre de Laurta pidió perdón a las víctimas y anunció su retiro de las redes sociales. El futuro del niño será definido por la Justicia, priorizando un entorno familiar ampliado o referentes afectivos, según lo establece la ley.

Este hecho, considerado uno de los más traumáticos por los equipos de contención, reabre el debate sobre la prevención y abordaje de la violencia extrema en el ámbito familiar, así como la necesidad de fortalecer los mecanismos de protección y asistencia a las víctimas.