La reciente designación de Peter Lamelas como embajador de Estados Unidos en Argentina, propuesta por la administración de Donald Trump, ha desatado una fuerte polémica en el ámbito político nacional. Lamelas, médico y empresario sin experiencia diplomática, expresó ante el Senado norteamericano su intención de apoyar al gobierno de Javier Milei, vigilar los acuerdos provinciales con China y opinar sobre la situación judicial de la expresidenta Cristina Kirchner.

Estas declaraciones generaron una ola de repudios en el Congreso argentino. Diputados y senadores de distintos bloques opositores, incluyendo Unión por la Patria, UCR, la izquierda y fuerzas provinciales, acusaron a Lamelas de injerencia y colonialismo, y presentaron proyectos para declararlo "persona no grata" y rechazar su designación. "Esta grosera, inadmisible y nada inocente injerencia del designado representante de los Estados Unidos en los asuntos del país es una marca más del grado de sumisión del Gobierno de Javier Milei a los intereses de demandas foráneas", afirmaron desde la Cámara alta.

Gobernadores como Axel Kicillof, Gustavo Melella y Sergio Ziliotto también repudiaron los dichos de Lamelas, advirtiendo que "no aceptamos intromisiones externas" y calificando sus expresiones como una amenaza al federalismo y la soberanía nacional. Organismos de derechos humanos y colectivos federales se sumaron al rechazo, denunciando la gravedad institucional de las declaraciones y exigiendo que Lamelas sea declarado persona no grata.

En contraste, el gobierno nacional y la Cancillería optaron por el silencio público, mientras que algunos funcionarios se concentraron en responder a conflictos internos relacionados con las listas electorales en la provincia de Buenos Aires. Diego Guelar, exembajador argentino en China, consideró "habitual" el contacto diplomático con gobernadores, pero criticó el enfoque de Lamelas sobre la "corrupción china" como ingenuo y poco fundamentado.

El contexto de la polémica incluye la creciente influencia de China en las provincias argentinas, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, y el fortalecimiento de la relación entre Milei y Trump. Antecedentes de persecución judicial a Cristina Kirchner y disputas sobre la autonomía provincial también forman parte del escenario. La controversia por la designación de Lamelas pone en evidencia las tensiones entre soberanía nacional y alineamientos internacionales, y anticipa un futuro de debates intensos sobre la política exterior argentina.