El gobierno de Javier Milei atraviesa una etapa de alta tensión política y económica, marcada por el enfrentamiento con los gobernadores y el Congreso en torno a la política fiscal y previsional. En la última semana, el Senado aprobó proyectos que buscan aumentar los fondos para las provincias y mejorar los haberes jubilatorios, iniciativas que desafían el ajuste fiscal impulsado por el oficialismo. Estos proyectos, que incluyen el reparto automático de los Adelantos del Tesoro Nacional (ATN) y un incremento en las jubilaciones, recibieron el respaldo de un frente opositor de gobernadores, lo que obligó al gobierno a replantear su estrategia en la Cámara de Diputados.

La reacción de Milei fue inmediata: prometió vetar cualquier ley que ponga en riesgo el déficit cero, una postura que ha generado malestar entre los mandatarios provinciales y tensado aún más la relación con el Congreso. Mientras tanto, los diputados aguardan directivas de sus gobernadores, quienes esperan señales de diálogo por parte de la Casa Rosada antes de avanzar con las iniciativas. El receso invernal en el Congreso juega a favor del presidente, dándole tiempo para negociar y buscar una salida intermedia que evite una confrontación directa.

En el plano económico, el gobierno celebró la baja de la inflación, que en junio se ubicó en 1,6%, el nivel más bajo en meses. Sin embargo, persiste el rezago salarial y el consumo no muestra signos de recuperación, lo que alimenta el malestar social. Encuestas recientes señalan que la política previsional es el aspecto más criticado de la gestión Milei, mientras la baja de la inflación se mantiene como su principal activo de cara a las elecciones de septiembre y octubre.

La reconfiguración del sistema político argentino tras el ascenso de Milei ha generado nuevas alianzas y disputas territoriales, especialmente en la provincia de Buenos Aires, donde el oficialismo busca consolidar acuerdos con el PRO y definir candidaturas competitivas. El contexto internacional, marcado por medidas proteccionistas de Estados Unidos y la volatilidad de los mercados, agrega incertidumbre a la economía argentina y complica la llegada de inversiones.

En este escenario, la oposición, especialmente el kirchnerismo, ha recuperado centralidad tras la detención de Cristina Fernández y busca fortalecer la unidad para los próximos comicios. El clima político se mantiene volátil, con expectativas puestas en las elecciones y posibles intervenciones de la Corte Suprema en la disputa por los fondos federales. El desenlace de estas negociaciones será clave para definir el rumbo del gobierno y la estabilidad política en los meses venideros.