A menos de una semana del cierre de listas para las elecciones legislativas nacionales del 26 de octubre, el peronismo bonaerense y porteño enfrenta una de sus internas más complejas en años recientes. Las negociaciones para definir los candidatos de Fuerza Patria, el principal frente opositor, se han intensificado, con figuras como Sergio Massa, Máximo Kirchner y Juan Grabois en el centro de la disputa.

La tensión se disparó cuando Juan Grabois, líder de Patria Grande, decidió retirar a su partido del armado de Fuerza Patria, exigiendo lugares privilegiados en las listas y amenazando con competir por fuera si Sergio Massa encabeza la boleta. "Si la lista la encabeza Massa, vamos por afuera", advirtieron desde su entorno. Grabois reclama dos diputados en la provincia de Buenos Aires y uno en la Ciudad, y condiciona su participación a la composición final de las nóminas. Esta postura generó incertidumbre sobre la unidad del frente y abrió la posibilidad de una ruptura formal, aunque las negociaciones continúan hasta el 17 de agosto.

Por su parte, Máximo Kirchner ha sido impulsado por intendentes y sectores de La Cámpora como posible cabeza de lista. El diputado, que aún tiene dos años de mandato, declaró que encabezaría la boleta si Cristina Fernández de Kirchner se lo pidiera, en una jugada que busca presionar y marcar territorio frente al gobernador Axel Kicillof. "No hay veto para nadie, pero tenemos que ponernos de acuerdo entre todos", afirmó Kicillof, aunque su entorno considera a Kirchner un candidato controvertido.

Sergio Massa, en tanto, mantiene el silencio público sobre su candidatura. Voceros del Frente Renovador insisten en que la prioridad es la unidad del peronismo para enfrentar a Javier Milei y rechazan las versiones que privilegian intereses personales. "No le damos entidad a quienes busquen romper la unidad. Massa no busca candidaturas", señalaron, aunque el exministro sigue activo en el armado político y evalúa alternativas como Sebastián Galmarini para ocupar lugares en la lista.

Las encuestas muestran diferencias de intención de voto entre Massa y Grabois, y la implementación de la boleta única favorece la visibilidad de candidatos menos tradicionales. Cristina Kirchner interviene para evitar la dispersión y mantener la unidad, aunque su apoyo a Máximo Kirchner podría inclinar la balanza y complicar los planes de Grabois.

En este contexto, el peronismo busca renovar su perfil y evitar una nueva derrota electoral, en medio de una polarización creciente con el oficialismo de Milei. Las negociaciones se extenderán hasta el último minuto, con la posibilidad de rupturas y listas separadas si no se alcanza consenso. El resultado de este proceso será clave para el futuro del bloque opositor y su capacidad de articulación en el Congreso.