El presidente Javier Milei encabezó este fin de semana el evento "La Derecha Fest" en la ciudad de Córdoba, donde se reunió con referentes libertarios y militantes en el hotel Quorum. El encuentro, organizado por La Derecha Diario, se desarrolló en un clima festivo y provocador, con una escenografía que incluyó figuras de cartón de líderes internacionales como Donald Trump, Giorgia Meloni y Nayib Bukele. Desde el escenario, Milei ofreció un discurso encendido en el que combinó autoelogios, críticas al kirchnerismo y mensajes dirigidos a sus bases más fieles.

Durante su intervención, el mandatario nacional profundizó la interna con la vicepresidenta Victoria Villarruel, a quien calificó públicamente de "bruta traidora" por su respaldo al proyecto de ampliación presupuestaria aprobado por el Senado. "La bruta traidora dijo que lo iba a financiar con 30 millones. Sugiero que antes de hacer chicanas aprendan a sumar dos más dos", lanzó Milei, mientras la platea libertaria coreaba insultos hacia Villarruel. Fuentes de la Casa Rosada consideran que el vínculo entre ambos dirigentes está "dinamitado" y que no existen posibilidades de reconciliación en el corto plazo.

El evento, que se extendió entre las 17 y las 23 horas, contó con la presencia de figuras como Agustín Laje, Nicolás Márquez, Diego Recalde y Javier Negre. En el hall de entrada se ofrecía merchandising libertario y el acto tuvo una fuerte impronta religiosa, con la participación de pastores evangélicos en la apertura. Milei aprovechó la ocasión para reivindicar los resultados de su gestión, asegurando que logró reducir la deuda en u$s50.000 millones en un año, aunque no presentó datos concretos que respalden esa afirmación. Además, prometió "sorpresas" para las elecciones de octubre y anticipó el veto presidencial a la ampliación presupuestaria aprobada por el Senado.

Afuera del hotel, un grupo de manifestantes se autoconvocó para repudiar la presencia del presidente y el festival libertario, bajo la consigna "Milei culiadazo". Los manifestantes expresaron su rechazo con pancartas y cánticos, destacando la diversidad de opiniones en la provincia y la preocupación por el rumbo político y económico del país.

El festival se inscribe en la estrategia de Milei de consolidar su núcleo duro y profundizar la "batalla cultural" contra el socialismo, en un contexto de creciente polarización y visibilidad de posiciones de derecha en la política argentina. Analistas advierten sobre el impacto cultural del evento y el tono confrontativo adoptado por el oficialismo, mientras la oposición y sectores sociales expresan preocupación por la situación institucional y económica.