La alianza entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO en la provincia de Buenos Aires quedó formalizada tras un cierre de listas marcado por negociaciones intensas, tensiones internas y denuncias sobre el uso de cargos estatales como plataforma política. El acuerdo, liderado por Karina Milei y Sebastián Pareja, busca consolidar una alternativa competitiva frente al peronismo en el principal distrito electoral del país.

El armado de las listas evidenció la influencia de funcionarios públicos y aliados estratégicos, con numerosos candidatos provenientes de organismos como ANSES y PAMI. Esta lógica generó malestar en sectores del PRO y de la propia LLA, que se sintieron desplazados en el reparto de lugares expectantes. Sebastián Pareja, operador clave de Karina Milei, fue señalado como el principal artífice de la estructura territorial, mientras que figuras como Cristian Ritondo y Diego Santilli representaron los intereses del PRO en la negociación.

El proceso de cierre de listas estuvo atravesado por denuncias de irregularidades, incluyendo exigencias de aportes económicos a empleados estatales y demoras atribuidas a cortes de luz, lo que obligó a prorrogar los plazos para la presentación de candidaturas. A pesar de las críticas, Ritondo defendió el acuerdo como una estrategia necesaria para “ganar al populismo” y fortalecer la competitividad del espacio opositor.

En la tercera sección electoral, Maximiliano Bondarenko, excomisario de la Policía Bonaerense, fue designado como candidato clave de LLA, reflejando el énfasis de la campaña en la seguridad y el combate a la delincuencia. Por su parte, el peronismo logró alcanzar la unidad a último momento, con Verónica Magario y Gabriel Katopodis encabezando las listas en secciones estratégicas, aunque persisten las tensiones internas tras la derrota de 2023.

La provincia de Buenos Aires, que concentra el 38% del electorado nacional, será el escenario principal de una campaña polarizada y competitiva. LLA apuesta a capitalizar la baja de la inflación y el discurso de mano dura, mientras que el peronismo buscará defender su gestión y denunciar los recortes impulsados por el gobierno nacional. El clima de confrontación y las denuncias sobre el uso de recursos estatales anticipan una contienda electoral encarnizada, con la posibilidad de un aumento en la abstención y el surgimiento de terceras fuerzas como alternativas al bipartidismo tradicional.