El cierre de listas para las elecciones legislativas nacionales en Córdoba, previsto para el 26 de octubre, ha desatado una intensa competencia entre las principales fuerzas políticas de la provincia. Según la Justicia Federal, serán 18 las listas que disputarán las nueve bancas de diputados nacionales, en una contienda marcada por negociaciones de último momento y una oferta electoral fragmentada.

La alianza Provincias Unidas, liderada por el exgobernador Juan Schiaretti, se perfila como una de las principales fuerzas, con la intendenta de Despeñaderos, Carolina Basualdo, ocupando el segundo lugar en la lista. El oficialismo provincial apuesta a la imagen de Schiaretti, quien conserva un alto nivel de aceptación a casi dos años de dejar el gobierno. Sin embargo, la irrupción de Natalia de la Sota, quien encabeza Defendamos Córdoba tras distanciarse del peronismo local y el kirchnerismo, representa un desafío para el cordobesismo, ya que podría restar votos clave.

Por su parte, La Libertad Avanza (LLA) enfrenta negociaciones internas para definir su lista, con el diputado Gabriel Bornoroni como favorito para encabezarla. Bornoroni, impulsado por Karina Milei y Martín Menem, debe renunciar a su banca para ser candidato, lo que genera tensiones dentro del espacio libertario. El radicalismo, representado por Ramón Mestre, y el PRO, con Oscar Agost Carreño, también presentan sus propias listas, aunque ambos partidos atraviesan divisiones internas y fugas de dirigentes hacia otras fuerzas.

El kirchnerismo local, debilitado en Córdoba, apuesta por Pablo Carro como principal candidato de Fuerza Patria, quien busca renovar su banca y se posiciona como alternativa opositora al gobierno de Javier Milei. Carro ha cuestionado públicamente la postura de De la Sota, señalando inconsistencias en su discurso opositor.

Las encuestas realizadas por Zubán Córdoba y Federico González & Asociados muestran escenarios dispares: mientras una ubica a Schiaretti como favorito, la otra destaca el crecimiento de Bornoroni y la influencia de De la Sota en la fragmentación del voto peronista. Además, la boleta única de papel se utilizará por primera vez en una elección nacional en Córdoba, sumando un elemento novedoso al proceso electoral.

En este contexto, la elección se presenta abierta y disputada, con una marcada volatilidad en las preferencias del electorado y una fragmentación que podría definir el resultado final. Las próximas semanas serán clave para consolidar candidaturas y estrategias, en un escenario donde los rivales más peligrosos no siempre son los que se sientan enfrente, sino también los que se levantan de la misma mesa.