El Gobierno argentino solicitó formalmente al Fondo Monetario Internacional (FMI) una dispensa, conocida como "waiver", tras no cumplir la meta de acumulación de reservas establecida en el acuerdo vigente. La delegación argentina, liderada por el secretario de Finanzas Pablo Quirno y el viceministro de Economía José Luis Daza, viajó a Washington para negociar la continuidad del programa y asegurar el desembolso de USD 2.000 millones, vitales para reforzar las reservas del Banco Central.

El acuerdo con el FMI, que contempla un financiamiento total de USD 20.000 millones, exigía que Argentina acumulara USD 4.700 millones en reservas para el segundo trimestre de 2025. Sin embargo, el Gobierno no logró alcanzar ese objetivo, quedando unos USD 4.000 millones por debajo de la meta. Entre los factores que explican este incumplimiento, funcionarios mencionan los vencimientos de deuda, la estrategia de no emisión monetaria y restricciones autoimpuestas, como la decisión de no intervenir en el mercado cambiario hasta que el dólar alcance los $1.000.

El déficit de cuenta corriente, que llegó a USD 5.100 millones en la primera mitad del año, agravó la presión sobre las reservas en un contexto de inflación superior al 100% anual. A pesar de este revés, el FMI destacó los avances en materia fiscal, señalando que el superávit primario superó la meta acordada, gracias a recortes de subsidios y gasto público. "Las discusiones sobre la primera revisión continúan y siguen siendo muy productivas", afirmó la vocera del FMI, Julie Kozack, aunque aclaró que no hay fecha definida para la aprobación del desembolso.

La definición sobre el "waiver" podría demorarse hasta septiembre debido al receso estival del organismo. Analistas consideran que la probabilidad de aprobación es alta, dado el historial del FMI con Argentina y los avances en otras áreas del programa. Sin embargo, advierten que podría implicar un recalibramiento de las metas de reservas para los próximos trimestres.

El Gobierno, por su parte, defiende estrategias alternativas para fortalecer las reservas, como privatizaciones, venta de activos y emisión de bonos. No obstante, las reformas económicas enfrentan crecientes tensiones sociales, con protestas que podrían intensificarse si persisten la inflación y el ajuste fiscal. El desenlace de la negociación con el FMI será clave para la estabilidad financiera y el futuro del programa económico argentino.