El Gobierno argentino enfrenta una semana crucial con dos eventos que generan tensiones políticas y económicas. Por un lado, la Unión Tranviarios Automotor (UTA) ha convocado a un paro que afectará a más de 300 líneas de colectivos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA). La medida, que se llevará a cabo el martes, surge tras el fracaso en las negociaciones salariales con las cámaras empresariales. La UTA exige una mejora superior al 7% ofrecido, mientras que desde la Casa Rosada se atribuye el conflicto a intereses sindicales.

El paro se produce en un contexto de cambios en el área de transporte, con el reciente reemplazo del secretario Franco Mogetta por Luis Pierrini, cercano al ministro de Economía, Luis Caputo. Además, el Gobierno ha implementado el sistema ARCA, que permite a los trabajadores desafiliarse de sus sindicatos de manera digital. Este mecanismo ha generado preocupación entre los gremios, que temen un "efecto contagio" en otras áreas del sector público.

En paralelo, el Ejecutivo se prepara para la publicación del índice de inflación de abril, que se conocerá el 14 de mayo. Tras un repunte en marzo que llevó la cifra al 3,7%, el Gobierno espera que el número de abril sea similar o ligeramente menor. "Si logramos repetir el número, sería un gol", señalaron fuentes oficiales, destacando que esto permitiría retomar la tendencia descendente observada el año pasado.

El sistema ARCA y la inflación son temas que reflejan las tensiones entre el Gobierno y los sindicatos, así como los desafíos económicos que enfrenta el país. Mientras tanto, los usuarios del transporte público en el AMBA se preparan para una jornada complicada debido al paro anunciado.