La historia de Rodrigo, un joven bailarín neuquino, ha puesto en evidencia la dura realidad que enfrentan muchas personas en situación de calle en la ciudad de Neuquén. Tras perder su empleo y no encontrar alternativas laborales, Rodrigo se vio obligado a dormir en la vía pública, enfrentando la precariedad y la exclusión social. “Hoy no soy nada: estoy en la calle y no tengo nada”, relató Rodrigo, quien pidió no utilizar su nombre verdadero.

Rodrigo comenzó su carrera en la danza desde muy joven, destacándose por su talento natural y su dedicación. Sin embargo, tras una serie de dificultades personales y laborales, perdió su vivienda y recurrió a los refugios estatales, donde le informaron que no había cupo disponible. “El primer día que asumí que estaba en la calle, guardé lo que pude en un bolso y una valija vieja y empecé a caminar hacia el centro sin pensar”, contó.

La situación de Rodrigo no es aislada. Según datos de la Red Solidaria Neuquén, actualmente hay cerca de 300 personas viviendo en la calle en la ciudad, la mayoría jóvenes de entre 20 y 30 años. Las causas son múltiples: desde la pérdida de empleo y la precarización laboral, hasta problemas familiares y consumo de sustancias. “Hay muchísima, muchísima gente en la calle. En su gran mayoría tienen entre veinticuatro y treinta y pico”, explicó Rodrigo, quien también señaló la dificultad de encontrar trabajo en esas condiciones.

La comunidad artística y solidaria de Neuquén se movilizó para ayudarlo. Amigas y compañeras de la Escuela de Danza organizaron colectas y campañas para que Rodrigo pudiera acceder temporalmente a un hostel y buscar nuevas oportunidades. “En estos días que pude salir temporalmente de la calle gracias a la ayuda que recibí de la gente, pude empezar a procesar todo y llorar. En la calle no se puede bajar la guardia nunca”, expresó.

Alberto Cámpora, referente de la Red Solidaria, advirtió sobre el crecimiento del fenómeno y la falta de respuestas estructurales. “No hablamos de las tomas, ese es otro plan; ahí hay miles. Hay miles de habitantes que viven en los márgenes de la Neuquén que nosotros queremos y conocemos”, afirmó.

La historia de Rodrigo refleja una problemática social en aumento, marcada por la falta de políticas públicas efectivas y el deterioro de las condiciones laborales. Mientras tanto, la solidaridad de la comunidad se convierte en el principal sostén para quienes, como Rodrigo, luchan por recuperar su dignidad y un lugar donde vivir.