El cierre de listas para las elecciones legislativas en Córdoba ha desatado una intensa disputa entre los principales espacios políticos de la provincia. El oficialismo, bajo el nuevo sello Provincias Unidas, confirmó a Juan Schiaretti como cabeza de lista, acompañado por figuras peronistas como Carolina Basualdo, Miguel Siciliano y Laura Jure. Esta conformación responde a la estrategia de consolidar la identidad peronista y evitar la fuga de votos hacia la candidatura de Natalia de la Sota, quien se presenta por fuera del PJ y con el respaldo de sectores críticos al acuerdo del gobierno provincial con el radicalismo.

La lista oficialista priorizó dirigentes cercanos al gobernador Martín Llaryora y a Schiaretti, relegando a socios radicales a lugares menos expectantes. "Habrá una clara diferenciación de roles, con Schiaretti ‘exportando' a todo el país el ‘modelo Córdoba', el modelo de un proyecto racional, que es el que aspiramos poner en discusión en 2027 junto con las ideas federales de los gobernadores", señalaron fuentes del oficialismo.

Por su parte, Natalia de la Sota busca captar el voto peronista disconforme y se distancia tanto del PJ como del kirchnerismo. Su candidatura genera preocupación en el oficialismo, que teme una sangría interna de votos. "Me cuesta mucho creerle las posiciones que tiene Natalia últimamente. Fue parte del barco del cordobesismo, tripulante permanente del ajuste y de repente es la capitana de la resistencia a Milei", cuestionó Pablo Carro, quien encabezará la lista de Fuerza Patria tras imponerse en la interna frente a Constanza San Pedro.

En el espacio de La Libertad Avanza, la incertidumbre sobre el candidato principal persiste, aunque Gabriel Bornoroni es el nombre más mencionado. La definición de la lista depende de las decisiones que se tomen en Buenos Aires, con Karina Milei como principal decisora. El radicalismo y el PRO, históricamente fuertes en Córdoba, enfrentan una crisis de liderazgo y falta de definición, quedando relegados en las preferencias electorales.

Las encuestas muestran escenarios polarizados entre Schiaretti y Bornoroni, con De la Sota como tercera fuerza. El peronismo local busca evitar la fragmentación ante el avance de Milei y la aparición de nuevas alianzas. La gestión de Milei mantiene una aprobación mayoritaria en la provincia, aunque en descenso respecto al año anterior. El escenario electoral refleja la crisis de los partidos tradicionales y el auge de nuevas alianzas, anticipando una campaña marcada por la polarización y las tensiones internas.

La definición de las listas y el inicio de la campaña prometen una contienda electoral reñida, donde los rivales más peligrosos no siempre son los que se sientan enfrente, sino también los que se levantan de la misma mesa. El resultado final dependerá de la capacidad de los espacios para consolidar sus bases y evitar fugas en un contexto de alta volatilidad política.