Un devastador incendio destruyó el pasado 16 de julio un depósito de electrodomésticos en pleno centro de La Plata, dejando pérdidas multimillonarias y un complejo escenario judicial y social. El siniestro, que se originó en una oficina de la planta baja del edificio ubicado en Diagonal 77 y 48, habría sido causado por un cortocircuito, según los primeros peritajes realizados por bomberos y especialistas de la Universidad Nacional de La Plata. La hipótesis de un accidente eléctrico es la principal línea de investigación, aunque no se descartan otras posibilidades como negligencia o intervención de terceros.

El incendio se propagó rápidamente por el inmueble, generando columnas de humo visibles a gran distancia y provocando el derrumbe parcial de la estructura. Más de 50 familias, así como alumnos y personal de colegios cercanos, debieron ser evacuados por precaución. Afortunadamente, no se registraron víctimas fatales, hecho confirmado por la Policía Federal tras revisar los escombros con perros de rescate.

El depósito, que funcionaba bajo la firma Al Tecno S.A., estaba clausurado por la Municipalidad desde el 25 de junio por carecer de habilitación y condiciones mínimas de seguridad. Sin embargo, continuaba operando al momento del siniestro y tampoco contaba con seguro, lo que agrava la situación legal de la empresa y de la sucesión familiar propietaria del inmueble. "La cláusula octava exigía habilitación municipal y la décima, un seguro a favor del locador y contra terceros. Nada de eso se cumplió", explicó el abogado de la familia dueña del edificio.

Las pérdidas económicas superan el millón y medio de dólares solo en mercadería, además de los daños estructurales, vehículos destruidos y afectaciones a propiedades vecinas. El edificio colindante de ocho pisos permanece clausurado por riesgo estructural, y la zona sigue vallada ante el peligro de nuevos derrumbes. Especialistas de la Facultad de Ingeniería de la UNLP colaboran en la evaluación y se prevé una demolición controlada.

El caso ha abierto un frente judicial complejo, con posibles demandas civiles y penales contra la empresa inquilina, la sucesión familiar y, eventualmente, la Municipalidad de La Plata por presuntas fallas en el control y la clausura del inmueble. Mientras tanto, los vecinos intentan retomar la normalidad en un barrio marcado por la tragedia y la incertidumbre sobre el futuro del predio y la seguridad de la zona.