Un fuerte temporal azotó diversas regiones de Argentina, dejando a su paso daños materiales y afectaciones en la vida cotidiana de los habitantes. El Servicio Meteorológico Nacional (SMN) emitió alertas amarillas por lluvias intensas, granizo y ráfagas de viento, destacándose las provincias de Buenos Aires y Formosa como las más afectadas.

En Formosa, se esperan lluvias y tormentas fuertes para la tarde del viernes 18 de abril, con acumulaciones de agua de entre 30 y 50 mm, ráfagas de viento de hasta 60 km/h y posible caída de granizo. Las autoridades locales han emitido recomendaciones para que los ciudadanos tomen precauciones ante el riesgo de inundaciones y otros daños.

En el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), el temporal del jueves dejó un saldo significativo de daños. Las ráfagas de viento alcanzaron los 90 km/h en zonas como Wilde y Avellaneda, provocando la caída de árboles y postes eléctricos. En La Plata, parte del techo de un supermercado colapsó, aunque afortunadamente no se reportaron heridos. Además, calles anegadas y autos dañados por el granizo fueron una constante en localidades como Quilmes, Lanús y Lomas de Zamora.

El aeropuerto internacional de Ezeiza también se vio afectado, con la suspensión temporal de sus operaciones debido a la presencia de rayos. Esta medida fue tomada para garantizar la seguridad del personal terrestre y las aeronaves.

El SMN había anticipado este fenómeno desde el martes, en el marco de un frente frío que generó inestabilidad atmosférica en varias provincias. Además de Buenos Aires y Formosa, otras regiones como Córdoba, Mendoza y Salta también registraron lluvias, aunque con menor intensidad.

De cara al fin de semana, el pronóstico es alentador. Se espera una mejora gradual del clima, con temperaturas frescas que oscilarán entre los 11°C y 19°C, y cielos parcialmente nublados. Las autoridades instan a la población a mantenerse informada y a tomar medidas preventivas ante posibles eventualidades futuras.

Este evento pone de manifiesto la necesidad de mejorar la infraestructura urbana para mitigar los efectos de fenómenos climáticos extremos, que son cada vez más frecuentes debido al cambio climático.