La Cámara Argentina de la Industria del Juguete (CAIJ) lanzó una advertencia pública ante la proliferación de juguetes peligrosos, retirados del mercado en Estados Unidos, Canadá y México, que actualmente se comercializan en Argentina a través de plataformas de comercio electrónico. Según la entidad, estos productos ingresan al país bajo la modalidad de compra internacional, sin pasar por controles de frontera ni certificaciones locales, lo que incrementa los riesgos para la salud y seguridad de los niños.

Entre los casos detectados figuran un disfraz infantil con ftalatos, sustancias químicas prohibidas, el Skip Hop para bebés, que presenta riesgo de asfixia por desprendimiento de piezas, y el conjunto de Muñecas Unicornio y Princesa Bettina, que implica un grave peligro por la posible ingestión de baterías tipo botón. También se identificó el Zippee Silicone Activity Toy, retirado en noviembre de 2025 por permitir que partes del juguete alcancen la garganta, violando estándares de seguridad y generando riesgo de asfixia o muerte.

El presidente de la CAIJ, Matías Furió, subrayó: “El problema es que, en la compra online, no existe la obligatoriedad de publicar el marcado de conformidad con los certificados de seguridad y, además, no hay fiscalización efectiva para los juguetes destinados a chicos y chicas. Un producto retirado del mercado en otro país no debería llegar a las manos de una familia argentina”.

La CAIJ, junto a la Sociedad Argentina de Pediatría, habilitó formularios para denunciar maniobras de comercio desleal y reportar lesiones vinculadas al uso de juguetes inseguros. La entidad también recomendó a las familias extremar precauciones al comprar juguetes en plataformas digitales, especialmente bajo la modalidad internacional, y priorizar comercios formales y productos certificados.

La industria local remarcó que los juguetes argentinos cumplen con las normas vigentes, son certificados y trazables, y son producidos por PyMEs nacionales. La CAIJ reclamó a las autoridades una fiscalización efectiva del comercio electrónico, la exigencia del marcado de conformidad en todas las publicaciones de juguetes y la creación de canales ágiles para denunciar y retirar productos inseguros. La protección de la infancia, concluyó la entidad, requiere el compromiso conjunto de familias, autoridades y plataformas digitales.