Un brote de infecciones bacterianas graves, vinculado al uso de fentanilo contaminado, ha causado al menos 16 muertes en Argentina, según confirmaron fuentes judiciales y sanitarias. El medicamento, producido por los laboratorios HLB Pharma y Ramallo, fue identificado como la causa de las infecciones tras un análisis exhaustivo realizado por el Hospital Italiano de La Plata y el Instituto Malbrán.

El caso comenzó a ser investigado el 15 de abril, cuando la microbióloga María Virginia González detectó anomalías en pacientes del Hospital Italiano. Tras una serie de análisis, se descubrió que las ampollas de fentanilo contenían las bacterias Klebsiella pneumoniae y Ralstonia pickettii, responsables de infecciones graves como neumonía. De los 18 pacientes infectados en el hospital, 15 fallecieron.

El 2 de mayo, el hospital alertó a la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), que confirmó la contaminación el 5 de mayo. Posteriormente, se realizaron allanamientos en los laboratorios HLB Pharma y Ramallo, donde se secuestraron muestras del lote 31202, producido en diciembre de 2024. Los análisis confirmaron la presencia de las mismas bacterias detectadas en los pacientes.

En medio de la investigación, HLB Pharma denunció un robo el 11 de mayo, en el que se destruyó documentación clave relacionada con la producción y control de calidad. Este hecho ha generado sospechas sobre posibles intentos de encubrimiento.

La justicia, liderada por el juez federal Ernesto Kreplak, busca determinar las responsabilidades en la cadena de producción y distribución del medicamento. ANMAT suspendió las actividades de los laboratorios implicados y señaló irregularidades previas en sus procesos de fabricación.

El caso ha generado alarma en el sistema de salud argentino, con casos confirmados en Buenos Aires, Santa Fe, CABA y Neuquén. Expertos advierten que el número de afectados podría aumentar en los próximos días, mientras se intensifican los controles para evitar nuevas tragedias.

El fentanilo, un opioide utilizado en terapias intensivas y manejo del dolor, es considerado esencial en la medicina moderna. Sin embargo, este caso pone en evidencia fallas graves en los controles de calidad y bioseguridad, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la eficacia de las regulaciones actuales. La tragedia es considerada la peor en décadas relacionada con medicamentos en el país.