En la antesala de las elecciones legislativas del 26 de octubre, el presidente Javier Milei se encuentra evaluando cambios significativos en su gabinete, con la posibilidad de incorporar exfuncionarios del PRO, el partido liderado por Mauricio Macri. Esta decisión surge en medio de salidas forzadas de figuras clave como Patricia Bullrich, Luis Petri y Manuel Adorni, quienes se postulan para cargos legislativos y dejarán vacantes en áreas sensibles del gobierno.

Milei reconoció públicamente que existen áreas de su gestión que "no funcionan" y que la experiencia de algunos exmiembros del gobierno de Macri podría ser valiosa para afrontar los desafíos actuales. "Cuando uno tiene que hacer un seleccionado, pone los mejores. Eso es lo que vamos a tratar de hacer", afirmó el presidente en diálogo con Radio Mitre. En paralelo, Mauricio Macri ha manifestado su apoyo a Milei y a La Libertad Avanza, aunque mantiene un perfil bajo en la campaña debido a su alta imagen negativa, estimada en cerca del 80% según fuentes oficiales.

El expresidente se mostró recientemente junto a Guillermo Dietrich, exministro de Transporte, destacando la política de apertura a las aerolíneas low cost implementada durante su gestión. Este gesto fue interpretado como un respaldo a las políticas de Milei y como una señal de disposición a colaborar en la nueva etapa política. Sin embargo, desde la Casa Rosada y el entorno de Milei insisten en que el rol de Macri será limitado, principalmente aportando una "sensación de gobernabilidad" más que una influencia directa en las decisiones de gestión.

Las negociaciones internas en La Libertad Avanza reflejan tensiones entre el jefe de gabinete, Guillermo Francos, quien impulsa el regreso de figuras macristas, y el asesor Santiago Caputo, que prefiere restringir su influencia. Caputo, hasta ahora sin cargo formal, podría asumir un puesto relevante tras las elecciones, según declaraciones de Milei.

En el plano internacional, Estados Unidos ha condicionado su apoyo financiero y político a la consolidación de una coalición amplia que garantice estabilidad y avance en las reformas comprometidas con el FMI. Este requerimiento ha intensificado las negociaciones entre los distintos sectores del oficialismo y la oposición, en busca de consensos que permitan aprobar las reformas en el Congreso.

Dirigentes libertarios y aliados, como Patricia Bullrich, han expresado que ven a Macri como un consejero más que como un líder activo, mientras que sectores del PRO buscan mantener su influencia en distritos clave y en la composición del Congreso. El resultado de las elecciones y los cambios en el gabinete definirán el alcance de la alianza y el futuro político del oficialismo, en un contexto marcado por la necesidad de gobernabilidad y la presión internacional.