La Libertad Avanza (LLA) y el PRO están a punto de formalizar una alianza electoral en la provincia de Buenos Aires, en un movimiento que busca consolidar un frente opositor al peronismo-kirchnerismo de cara a las legislativas de septiembre. Las negociaciones, lideradas por Karina Milei y Cristian Ritondo, avanzan hacia la inscripción del "Frente La Libertad Avanza" como sello común, con la boleta violeta como emblema, aunque persisten tensiones internas y desconfianzas entre los socios.

El acuerdo, que debe oficializarse antes del 9 de julio, es visto como estratégico tanto para el gobierno de Javier Milei, que necesita ampliar su base legislativa para sostener vetos y reformas, como para un PRO debilitado que busca mantener relevancia en el principal distrito electoral del país. "Tenemos que cerrar con el PRO y vamos a hacer todo para que eso ocurra", habría instruido Milei a su círculo de confianza, según fuentes cercanas al mandatario.

Sin embargo, la unidad no es total. Varios intendentes del PRO, especialmente en distritos como Vicente López, Junín y Pergamino, expresan reservas y podrían optar por competir por fuera de la alianza, temiendo perder autonomía y peso territorial. "Si alguno no quiere ir con La Libertad Avanza, que se vaya", advierten desde la cúpula del PRO bonaerense, mientras que desde LLA insisten en que el sello y la estrategia digital son sus principales activos.

El peronismo, por su parte, ha logrado unificar sus listas con Axel Kicillof y La Cámpora, mientras la UCR y otros actores exploran la posibilidad de una tercera vía. Analistas coinciden en que la alianza entre LLA y PRO es pragmática y podría ser transitoria, con posibles rupturas tras las elecciones, dependiendo de los resultados y la distribución de poder en las listas.

En este contexto, la provincia de Buenos Aires se convierte en el epicentro de la disputa política nacional, con un acuerdo que podría redefinir el equilibrio de fuerzas en el Congreso y anticipar nuevas realineaciones de cara a 2027.