Las elecciones legislativas celebradas este domingo en la provincia de Buenos Aires estuvieron signadas por demoras, baja participación y una serie de episodios insólitos que reflejaron tanto la desorganización como el clima social de la jornada. Desde temprano, en distritos clave como La Matanza y La Plata, la falta de autoridades de mesa obligó a designar a los primeros votantes para cumplir esa función, lo que generó situaciones de tensión e incluso intentos de fuga por parte de algunos ciudadanos, como ocurrió en Mar del Plata y La Plata, donde la policía debió intervenir para que los designados asumieran su responsabilidad.

La participación fue notoriamente baja en varios establecimientos, con porcentajes que en algunos casos no alcanzaron el 50% del padrón hasta avanzada la tarde. "Ojalá sea una votación donde haya mucha participación, situación que no ocurrió en elecciones anteriores", expresó un votante en La Matanza, distrito que volvió a mostrar apatía y desinterés, a pesar de su peso electoral.

La jornada también estuvo marcada por la detención de varios prófugos de la justicia que se presentaron a votar en partidos como Tigre, Quilmes y La Matanza. La policía bonaerense montó operativos encubiertos en las escuelas para asegurar las detenciones sin interrumpir el comicio. En paralelo, se registraron protestas y homenajes, como el realizado en Lanús al fotoperiodista Pablo Grillo, herido en una manifestación meses atrás.

El clima electoral se vio alterado por incidentes anecdóticos, como la venta de pastafrola en la puerta de colegios, la caída de la web del padrón electoral y la presencia de figuras políticas bajo fuerte custodia y atención mediática. Karina Milei, hermana del presidente, votó rodeada de simpatizantes y evitó responder preguntas sobre temas polémicos.

Las reacciones de autoridades y votantes oscilaron entre la frustración y la resignación. Mientras algunos candidatos evitaron polemizar, otros criticaron la falta de organización y la persistencia de las "candidaturas testimoniales". El bajo nivel de participación y la desorganización evidenciaron el desafío que enfrenta el sistema electoral bonaerense para recuperar la confianza ciudadana y garantizar procesos más ágiles y transparentes en el futuro.