Argentina ha dado un paso significativo en la modernización de su capacidad militar con la adquisición de 24 aviones de combate F-16 Fighting Falcon a Dinamarca, en una operación que también involucra a Estados Unidos como fabricante y proveedor de armamento. El acuerdo, oficializado en abril de 2024, contempla la llegada de las primeras seis aeronaves en diciembre de 2025, mientras que el resto se incorporará de manera progresiva.

El ministro de Defensa, Luis Petri, viajó recientemente a Dinamarca para supervisar los trabajos de alistamiento de los aviones en la base logística de Aalborg y firmar un contrato clave con la empresa Terma. "Terma brindará mejoras fundamentales en los sistemas de guerra electrónica, actualización de software y hardware, herramientas de planificación de misiones, equipos de apoyo en tierra y asistencia técnica", explicó Petri en un comunicado. Además, el acuerdo incluye la provisión de simuladores, motores, repuestos y soporte técnico por cinco años, así como la compra de armamento avanzado a través de la Agencia de Cooperación en Defensa y Seguridad de EE.UU.

La inversión total ronda los 950 millones de dólares, de los cuales 350 millones corresponden al primer pago por el paquete de armas. Cada avión, aunque usado, cuenta con las últimas actualizaciones tecnológicas y una vida útil estimada de 25 años. El costo de cada unidad se sitúa en torno a los 25 millones de dólares, y la hora de vuelo alcanza los 20.000 dólares.

La operación representa un salto cualitativo para la Fuerza Aérea Argentina, que desde la baja de los Mirage en 2015 carecía de defensa aérea supersónica. "Con estos nuevos aviones estamos dando un paso trascendental en nuestra política de defensa, recuperando la capacidad supersónica de nuestra aviación y logrando el ingreso definitivo de nuestra Fuerza Aérea a los desafíos tecnológicos del Siglo XXI", afirmó Petri.

La llegada de los F-16 refuerza la cooperación militar entre Argentina, Dinamarca y Estados Unidos, y posiciona al país sudamericano a la vanguardia tecnológica en la región. Pilotos y técnicos argentinos ya reciben entrenamiento en Estados Unidos, mientras se ultiman detalles logísticos y de infraestructura en las bases de Río Cuarto y Tandil para recibir las aeronaves. La embajadora de Dinamarca en Argentina, Eva Bisgaard Pedersen, destacó la actualización continua de los aviones y la importancia de la colaboración bilateral.

Especialistas y autoridades coinciden en que la adquisición es estratégica y favorable para la defensa nacional, permitiendo a la Argentina recuperar capacidades perdidas y fortalecer su presencia internacional. Se espera que la modernización de la flota tenga un impacto positivo en la seguridad y la proyección regional del país.