El asesinato del empresario panadero Ricardo Capoulat, ocurrido en junio de 2022 en el barrio Las Delicias de Rosario, tuvo este viernes un desenlace judicial con la condena a prisión perpetua de Marlen Aguilera y Jeremías Vallejos. Ambos fueron hallados culpables de homicidio doblemente calificado, en un caso que expone la violencia y la influencia de bandas criminales en la ciudad.

Según la investigación, Capoulat fue contactado por Aguilera, a quien conocía previamente, bajo el pretexto de un encuentro personal. La cita, sin embargo, formaba parte de un plan premeditado para robarle su camioneta Volkswagen Amarok. Tras salir de Rosario y regresar, la víctima fue emboscada en Brandoni al 1900, donde Vallejos y un tercer hombre no identificado lo obligaron a descender del vehículo y lo ejecutaron de diez balazos. Los atacantes huyeron con la camioneta y otras pertenencias, aunque la billetera de Capoulat, con 2.900 dólares y 14.000 pesos, quedó en la escena.

La investigación avanzó gracias a registros de cámaras de seguridad y a la detención de Vallejos, quien fue interceptado 17 días después mientras conducía la Amarok robada. El análisis de su teléfono celular permitió vincularlo no solo con este crimen, sino también con otros hechos violentos, incluyendo un intento de homicidio contra un policía. Por su parte, Aguilera fue detenida en agosto de 2022, y en los allanamientos se hallaron vehículos robados, armas y documentos de la víctima.

Durante el juicio, ambos acusados intentaron desvincularse del asesinato, pero el tribunal, integrado por los jueces Gonzalo López Quintana, Silvia Castelli y Alejandro Negroni, consideró probada su participación y dictó la pena máxima solicitada por la fiscalía. El fiscal Pablo Saldutti subrayó la premeditación y la frialdad del crimen, señalando que Capoulat fue asesinado para garantizar la impunidad del robo.

El caso pone de relieve la problemática de la violencia y el crimen organizado en Rosario, donde bandas como "Los Monos" y "Los Picudos" continúan operando y reclutando jóvenes para actividades delictivas. La condena busca enviar un mensaje de firmeza judicial ante hechos de extrema gravedad, en un contexto de creciente preocupación social por la seguridad en la ciudad.