El Sindicato de Camioneros, uno de los más poderosos de Argentina, atraviesa una de las crisis más profundas de su historia. Hugo Moyano, líder del gremio desde hace casi cuatro décadas, enfrenta una feroz interna familiar y sindical, marcada por disputas de poder, denuncias de corrupción y una grave crisis financiera en la obra social del sindicato.

En los próximos días, Moyano afrontará dos instancias clave: una reunión con empresarios de recolección de residuos de la Ciudad de Buenos Aires, donde exigirá fondos para indemnizaciones, y el congreso de la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros, donde buscará su reelección. Sin embargo, la tensión interna es palpable. Su hijo Pablo Moyano, desplazado de la conducción y alejado de las negociaciones, ha reaparecido públicamente para denunciar precarización laboral y buscar apoyo entre las bases, mientras que otros dirigentes, como Marcelo Aparicio, han sido señalados en investigaciones por presunto fraude.

La crisis se agrava por la situación de la obra social OSCHOCA, gestionada por la familia Moyano y actualmente al borde del colapso financiero. Con deudas que superan los $50.000 millones y una pérdida masiva de afiliados, la obra social enfrenta protestas de trabajadores por salarios impagos y recortes en prestaciones. Liliana Zulet, esposa de Moyano y fundadora de la empresa que gerencia la obra social, ha sido blanco de críticas y denuncias internas.

El conflicto ha trascendido el ámbito sindical, con episodios de violencia entre facciones, denuncias cruzadas y la intervención de la justicia en casos de presunto fraude. La fractura entre Hugo y Pablo Moyano se refleja en asambleas, protestas y hasta en enfrentamientos físicos durante actividades gremiales.

Mientras tanto, el Gobierno nacional observa con atención la crisis, en un contexto de reformas laborales que podrían recortar los fondos sindicales y modificar el equilibrio de poder en el movimiento obrero. La CGT, por su parte, minimiza la gravedad de la interna, aunque reconoce el impacto que puede tener en el mapa sindical argentino.

El futuro del Sindicato de Camioneros y de la familia Moyano se definirá en las próximas semanas, en medio de una disputa que combina intereses económicos, poder político y la presión de las bases, en un escenario de incertidumbre para el sindicalismo argentino.