Federico Sturzenegger, quien hasta ahora contaba con amplias facultades delegadas para intervenir en los ministerios y organismos públicos, busca trasladarse al Ministerio de Economía ante el inminente vencimiento de sus atribuciones el próximo 8 de julio. Su objetivo es mantener protagonismo en la administración de Javier Milei y, en particular, impulsar una flotación limpia del peso, en sintonía con las recomendaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI).

La presión del FMI, encabezada por Rodrigo Valdés, se ha intensificado en las últimas semanas. Valdés, adversario del actual ministro de Economía, Luis Caputo, insiste en la necesidad de dejar flotar el tipo de cambio y acumular reservas. Sin embargo, Caputo ha optado por intervenir en el mercado de dólar futuro, preocupado por el posible impacto en la cotización de la divisa y la inflación, especialmente en un año electoral. Esta postura ha generado dudas sobre su continuidad, especialmente tras el déficit récord de USD 5.100 millones en la balanza de pagos durante el primer trimestre del año.

El gobierno, ante la falta de dólares, evalúa la privatización de activos estatales como el Banco Nación, que podría aportar hasta USD 20 mil millones. No obstante, la iniciativa fue excluida de la reciente ley bases, y enfrenta la oposición de sindicatos y sectores políticos. "El líder de Blackrock, Larry Flint, le dijo a Toto que se olvide de plata fresca de ellos hasta que no destrabe la venta del Nación", reveló un especialista del mercado, reflejando la cautela de los grandes fondos internacionales.

La situación financiera se complicó aún más cuando Morgan Stanley decidió no mejorar la calificación de Argentina este año, frustrando las expectativas de un regreso al mercado voluntario de deuda en dólares. Además, en la última licitación de deuda en pesos, el Tesoro solo logró renovar el 60% de los vencimientos, dejando en el aire 4 billones de pesos.

En este contexto, el líder sindical Sergio Palazzo comenzó a organizar acciones para alertar a los diputados sobre los riesgos de una eventual privatización del Banco Nación. Mientras tanto, Caputo evalúa alternativas para sostenerse en el cargo, en medio de crecientes presiones internas y externas. El desenlace de estas tensiones será clave para el rumbo económico del país en los próximos meses.