Un temporal sin precedentes ha causado estragos en la provincia de Buenos Aires, dejando más de 4,100 evacuados y afectando gravemente a ciudades como Campana, Salto y Zárate. Las lluvias, que superaron los 400 milímetros acumulados, provocaron el desborde de ríos y arroyos, inundando barrios enteros y dejando a miles de personas sin hogar.

En Salto, el río alcanzó un nivel histórico de 10,30 metros, superando el récord anterior de 9,51 metros registrado en 2015. El intendente Ricardo Alessandro calificó la situación como la peor crecida en la historia de la ciudad, con 9,000 personas afectadas y 500 evacuadas en centros de contención. Además, la ciudad enfrenta cortes de luz generalizados para evitar incidentes mayores.

En Campana, 1,200 personas fueron evacuadas, y los barrios más afectados incluyen San Cayetano, Santa Lucía y 21 de Septiembre. En Zárate, el intendente declaró alerta roja y habilitó tres centros de evacuación para los damnificados. Mientras tanto, en Rojas se reportaron tres personas desaparecidas, lo que añade un componente de incertidumbre y preocupación a la crisis.

El gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, y la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, lideran los esfuerzos de asistencia, coordinando recursos y personal en las zonas más afectadas. "El Estado provincial está concentrado en dar una respuesta eficaz a quienes más lo necesitan", afirmó Kicillof, quien también instó a la población a respetar las alertas meteorológicas para evitar mayores incidentes.

La Conferencia Episcopal Argentina emitió un mensaje de solidaridad, llamando a la comunidad a renovar su apoyo a las familias afectadas. "Nos unimos en oración por las personas que están sufriendo a causa de las intensas lluvias", expresaron los obispos en un comunicado.

A pesar de la gravedad de la situación, las autoridades han logrado evitar pérdidas humanas hasta el momento. Sin embargo, el impacto material y emocional en las comunidades afectadas es significativo. Equipos de emergencia, incluyendo bomberos, policías y personal de salud, continúan trabajando incansablemente para mitigar los efectos del desastre.

El Servicio Meteorológico Nacional ha cesado las alertas por tormentas en la provincia de Buenos Aires, pero mantiene advertencias en otras regiones del país. Este evento climático extremo subraya la necesidad de una mayor preparación y coordinación ante fenómenos similares en el futuro.