El ministro de Economía, Luis Caputo, defendió este viernes el déficit de cuenta corriente que enfrenta la Argentina, calificándolo como "absolutamente razonable y hasta sano" para una economía que, según sus palabras, crece al 6%. Durante su participación en el congreso Somos Pymes, Caputo explicó que el saldo negativo, que alcanzó los USD 5.191 millones en el primer trimestre de 2025, responde principalmente a un aumento de la inversión privada y a la recomposición de capital en un país que, según él, estaba "totalmente descapitalizado".

El funcionario remarcó que, a diferencia de otros momentos históricos, el déficit actual no financia al sector público sino que es producto de operaciones privadas, como la compra de maquinaria agrícola. "El país está mejor si esos dólares se transforman en inversión productiva", argumentó. Además, defendió la flotación del tipo de cambio y la apreciación del peso, rechazando las críticas sobre un supuesto atraso cambiario.

Sin embargo, el déficit ya supera ampliamente los USD 2.700 millones previstos para todo el año en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y estimaciones oficiales proyectan que podría alcanzar entre USD 14.000 y 15.000 millones hacia diciembre, lo que representa cerca del 2% del PBI, cinco veces más que lo contemplado en el pacto con el FMI. El sector de "viajes" fue el principal responsable del desbalance, con un déficit de USD 3.464 millones, seguido por el automotriz y los servicios de transporte.

El financiamiento del déficit provino principalmente de una pérdida de reservas de USD 6.550 millones, lo que genera preocupación entre analistas y en el mercado financiero sobre la sostenibilidad del modelo. El economista Christian Buteler advirtió que la falta de dólares podría llevar a una mayor presión sobre el tipo de cambio y la inflación, y cuestionó la estrategia de mantener un tipo de cambio apreciado.

Caputo, por su parte, insistió en que el nuevo modelo económico permitió evitar una crisis y trasladó el costo del ajuste al sector público. Pidió a los empresarios "cambiar el chip" y apostar a la inversión y la eficiencia, mientras que desde el sector privado y analistas se mantienen las dudas sobre la viabilidad de sostener el déficit con endeudamiento y reservas. El debate sobre la sostenibilidad del déficit y sus consecuencias para la economía argentina continúa abierto, en un contexto de crecientes desafíos externos y presiones internas.