Un fuerte temporal azotó la ciudad de Rosario y otras localidades de la provincia de Santa Fe durante la noche del sábado y la madrugada del domingo, dejando a su paso calles anegadas, viviendas inundadas y daños materiales significativos. Según datos de la Municipalidad de Rosario, en solo seis horas cayeron 110,3 milímetros de lluvia, el doble del promedio histórico de todo el mes de mayo, que oscila entre 60 y 70 milímetros.

El temporal, que incluyó granizo en algunas zonas, comenzó en la tarde del sábado y se intensificó durante la noche, cumpliendo con el alerta naranja emitido previamente. Más de 600 agentes municipales fueron desplegados para atender los múltiples problemas reportados por los vecinos, incluyendo 120 anegamientos, 32 incidentes relacionados con árboles caídos y una voladura de techo en la zona noroeste de la ciudad. La Empresa Provincial de la Energía (EPE) también trabajó en la reposición del servicio eléctrico en áreas afectadas por cortes de baja tensión.

En el norte de la provincia, el impacto fue aún más severo. Localidades como Villa Ocampo, en el Departamento General Obligado, registraron hasta 250 milímetros de lluvia en pocas horas, lo que llevó a la evacuación de varias familias y dejó barrios enteros bajo el agua. El gobierno provincial, a través de la Secretaría de Protección Civil, desplegó un amplio operativo de emergencia en coordinación con bomberos y equipos locales para atender la situación. Además, se enviaron insumos esenciales como colchones y alimentos a las zonas más afectadas.

Marcos Escajadillo, secretario de Protección Civil de Santa Fe, destacó la importancia de los protocolos activados y la rápida respuesta de los equipos de emergencia. "La situación es complicada por el fenómeno de lluvia muy intensa acompañada de granizo. Estamos extremando todos los cuidados para proteger lo más importante, que son las personas", señaló.

Vecinos de Rosario y otras localidades compartieron en redes sociales imágenes y videos que mostraban la magnitud del temporal, con calles convertidas en ríos y agua ingresando a las viviendas. Aunque no se reportaron víctimas fatales ni heridos graves, el evento dejó en evidencia la vulnerabilidad de la infraestructura urbana ante fenómenos climáticos extremos.

Este temporal se suma a una serie de eventos similares que han afectado a la región en los últimos años, posiblemente vinculados al cambio climático. Las autoridades continúan monitoreando la situación y trabajando en la recuperación de las zonas afectadas, mientras se plantea la necesidad de mejorar la infraestructura para enfrentar futuros desafíos climáticos.