El Gobierno nacional resolvió no convocar a los gobernadores Axel Kicillof (Buenos Aires), Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Melella (Tierra del Fuego) y Gildo Insfrán (Formosa) a las negociaciones por la reforma laboral y el Presupuesto 2026, en una decisión que marca un giro en la estrategia de diálogo político. Según fuentes oficiales, la medida responde a la falta de "puntos de conexión" y a la percepción de que estos mandatarios, identificados con el kirchnerismo, no comparten la agenda del Ejecutivo.

El jefe de Gabinete, Manuel Adorni, explicó que "no tiene mucho sentido" dialogar con quienes, según su visión, buscan el fracaso del Gobierno. "¿Puede existir la reunión en el futuro? Tal vez exista, pero hoy no tiene mucho sentido cuando lo único que les importa es que al Gobierno le vaya mal. No hay mucho para dialogar", sostuvo en conferencia de prensa. La decisión se tomó tras concluir una ronda de encuentros con los 20 gobernadores que firmaron el Pacto de Mayo en Tucumán, quienes serán los principales interlocutores en la búsqueda de consensos legislativos.

El ministro del Interior, Diego Santilli, junto a otros funcionarios, intensificará las gestiones en el Congreso para lograr la aprobación de la reforma laboral y el Presupuesto 2026. El Gobierno también mantiene contactos con otros gobernadores peronistas considerados dialoguistas, como Sergio Ziliotto (La Pampa), Raúl Jalil (Catamarca) y Osvaldo Jaldo (Tucumán), y destaca que el diálogo con el peronismo no está cerrado, sino que se privilegia a quienes muestran disposición a negociar.

Por su parte, el gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro, tampoco fue convocado formalmente, aunque existen conversaciones informales. La estrategia oficial apunta a consolidar una base de apoyo parlamentario sin depender de los sectores más duros de la oposición.

La exclusión de los gobernadores kirchneristas profundiza la polarización política y podría tensionar aún más la relación entre la Nación y las provincias. Analistas señalan que el éxito de la estrategia dependerá de la capacidad del Gobierno para obtener los votos necesarios en el Congreso y avanzar con sus reformas clave.