Federico “Fred” Machado, empresario argentino, será extraditado a Estados Unidos el próximo 5 de noviembre, según confirmaron fuentes judiciales y oficiales. Machado enfrenta cargos en Texas por narcotráfico, lavado de dinero y estafa, en el marco de una investigación que involucra la venta fraudulenta de aviones y la distribución de cocaína. La extradición fue ordenada por la justicia federal de Neuquén y ratificada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que rechazó los últimos recursos presentados por la defensa del empresario.

El proceso de extradición se ejecutará sobre el plazo máximo establecido por la ley argentina, luego de que la Cancillería aprobara el pedido el 9 de octubre. Interpol comunicó la fecha del traslado, que se realizará en un vuelo de línea desde el aeropuerto internacional de Ezeiza, bajo estrictas medidas de seguridad y custodia de autoridades estadounidenses, quienes también asumirán los gastos del operativo. Machado permanecerá detenido en una dependencia de la Policía Federal en Viedma hasta su traslado definitivo.

Machado había cumplido arresto domiciliario durante casi cuatro años en la casa de su madre, pero tras la confirmación de la extradición fue alojado en un penal federal. La justicia estadounidense se comprometió a computar los cinco años de detención que Machado ya cumplió en Argentina en caso de ser condenado. El empresario será enviado junto con todos los elementos secuestrados durante la investigación, incluidos teléfonos y documentación relevante.

El caso de Machado cobró notoriedad en Argentina por sus vínculos con el diputado libertario José Luis Espert, quien utilizó aviones propiedad de Machado durante la campaña presidencial de 2019 y recibió una transferencia de 200.000 dólares. Espert renunció a su candidatura y enfrenta dos causas por presunto lavado de dinero vinculado al narcotráfico. El Gobierno argentino, a través de la Oficina del Presidente, instruyó a Cancillería y otros organismos para instrumentar todos los pasos administrativos y diplomáticos necesarios para la extradición.

Antes de ser trasladado, Machado declaró: “No soy narco, no tengo nada que ver con drogas, nunca me asocié. Estuve en el lugar equivocado, en el momento equivocado y la gente en la que confié pensé que eran los buenos y eran los malos”. El Gobierno monitorea la integridad física del empresario, y el juez federal Gustavo Villanueva planea visitarlo para constatar su estado de salud, luego de que se mencionaran problemas psicológicos.

La extradición de Machado representa un caso relevante de cooperación judicial internacional y pone de relieve la relación entre la justicia argentina y estadounidense en la lucha contra el narcotráfico y el lavado de dinero. El desenlace del proceso podría tener implicancias futuras en investigaciones similares y en la política local, dada la conexión con figuras públicas como Espert.