La construcción del nuevo puente carretero que conectará las ciudades de Santa Fe y Santo Tomé alcanzó esta semana un avance clave con la colocación de las primeras vigas longitudinales, de 30 metros de largo, fabricadas en la provincia de San Luis. Esta etapa marca un progreso significativo en una de las obras de infraestructura más relevantes para la región, con una inversión provincial que supera los $39.800 millones.

El operativo de traslado de las vigas, autorizado por la Dirección Nacional de Vialidad, implicó un recorrido especial desde San Luis hasta Santa Fe, acompañado por vehículos guía para garantizar la seguridad. En total, se instalarán 56 vigas, y el objetivo inmediato es completar dos vanos antes de las fiestas de fin de año. "Poner las primeras vigas es un hito, es importantísimo", destacó Pablo Seghezzo, administrador de Vialidad Provincial, durante una conferencia de prensa en la cabecera de la obra.

Actualmente, la obra supera el 25% de avance, con más del 90% de los pilotes ya ejecutados y un progreso sostenido en la construcción de columnas y cabezales. El terraplén de avance, aprobado por la Secretaría de Recursos Hídricos y el Ministerio de Ambiente, permite continuar los trabajos pese al bajo caudal del río Salado, asegurando la circulación del agua mediante una batería de tubos.

El senador Julio Garibaldi subrayó la importancia de la obra en el presupuesto provincial 2026, asegurando la continuidad de los fondos y la prioridad del proyecto para la conectividad y el desarrollo logístico de la región. "El puente es una prioridad indiscutida dentro del esquema de inversiones públicas", afirmó.

La estructura del nuevo puente permitirá duplicar la calzada existente, destinando dos carriles al tránsito vehicular hacia la capital provincial, mientras que el puente actual quedará habilitado para la circulación hacia Santo Tomé. La inauguración está prevista antes de marzo de 2027, según declaraciones del gobernador Maximiliano Pullaro.

El proyecto se enmarca en un plan más amplio de infraestructura y desarrollo urbano, que incluye incentivos fiscales para el sector productivo y mejoras en la conectividad vial. Las autoridades provinciales y locales coinciden en que la obra tendrá un impacto positivo en la movilidad cotidiana y la logística regional, consolidando a Santa Fe y Santo Tomé como polos estratégicos en la provincia.