Un nuevo episodio de violencia escolar sacudió a la ciudad de La Plata el pasado martes, cuando un exalumno ingresó armado con un palo a la Escuela Normal 2 y agredió a estudiantes y a una preceptora. El hecho, que ocurrió en horario escolar y fue registrado en video por testigos, dejó como saldo a la trabajadora con un corte en la cabeza que requirió atención médica y generó una ola de preocupación en la comunidad educativa.

Según relataron testigos y personal del establecimiento, el joven, que había sido expulsado el año anterior por mala conducta y episodios violentos, logró ingresar al colegio y comenzó a provocar disturbios en el patio. En medio de la pelea, la preceptora intentó separar a los involucrados y terminó siendo arrojada al suelo, sufriendo una herida en la frente. "Me entristece lo que está pasando en todas las instituciones. Estamos muy solos. Las autoridades tienen que cambiar esto. ¿Están esperando una tragedia?", expresó Mónica, una de las preceptoras, en declaraciones a la prensa.

El incidente fue filmado y rápidamente se viralizó en redes sociales, lo que motivó una protesta espontánea de estudiantes, padres y personal escolar en la puerta del colegio. Los manifestantes exigieron respuestas y medidas urgentes para frenar la escalada de violencia, señalando que no es la primera vez que ocurren hechos similares en la institución. "Que hagan algo, cualquier cosa, porque ahora si te peleás lo único que hacen es ponerte un acta. Y el acta no sirve, es solo un papel que dice que pasó algo", reclamó la vocal del Centro de Estudiantes.

La Dirección General de Cultura y Educación bonaerense intervino de inmediato, resolviendo la expulsión definitiva del agresor y anunciando una investigación interna para determinar por qué no se cumplieron medidas previas. Además, se dispuso el acompañamiento de equipos de orientación y supervisión para asistir a la comunidad educativa. "Reafirmamos que no se toleran hechos de violencia en el ámbito escolar y que la escuela es un espacio de aprendizaje, respeto y convivencia democrática", señaló el comunicado oficial.

A pesar de la gravedad del hecho, la directiva del colegio decidió no radicar denuncia policial. El caso reavivó el debate sobre la seguridad en las escuelas y la necesidad de políticas más efectivas para prevenir la violencia, en un contexto donde se reportan múltiples incidentes similares en la región. La comunidad educativa permanece en alerta, exigiendo soluciones concretas y mayor protección para docentes y alumnos.