Las negociaciones comerciales entre Argentina y Estados Unidos han alcanzado un punto crucial en julio de 2025, con la posibilidad de un acuerdo que beneficiaría a la economía argentina al eliminar aranceles para la mayoría de sus exportaciones. Según trascendidos de fuentes oficiales y periodísticas, el acuerdo permitiría que entre el 70% y el 80% de los productos argentinos exportados a Estados Unidos ingresen con arancel cero, aunque el acero y el aluminio seguirán gravados con un 50%, considerados estratégicos para la seguridad nacional estadounidense.

La sintonía política entre el presidente Javier Milei y su par estadounidense, Donald Trump, ha sido un factor determinante en el avance de las negociaciones. Sin embargo, la "letra chica" del acuerdo aún está en discusión, especialmente en lo que respecta a la propiedad intelectual y la industria farmacéutica. Estados Unidos ha intensificado sus exigencias para que Argentina modifique su legislación sobre patentes, apuntando contra la práctica conocida como "cut-copy", que permite a laboratorios nacionales copiar medicamentos patentados sin pagar regalías. Esta política, implementada desde 2012, ha sido clave para el desarrollo de la industria farmacéutica local, que controla más del 50% del mercado interno.

El canciller argentino, Gerardo Werthein, se encuentra en el centro de la negociación, enfrentando presiones tanto de Washington como de los laboratorios nacionales, que temen perder competitividad si se firman acuerdos que favorezcan a las multinacionales. Mientras tanto, Trump ha amenazado con imponer aranceles de hasta el 200% a los medicamentos importados si las empresas no relocalizan su producción en Estados Unidos, en línea con su política de "America First".

El acuerdo, de concretarse, representaría un alivio para la economía argentina, que busca diversificar sus mercados y fortalecer sus reservas. Sin embargo, persisten dudas sobre el alcance real de los beneficios y el impacto en sectores sensibles como el farmacéutico y el metalúrgico. Analistas advierten que la relación bilateral podría enfrentar nuevas tensiones si no se resuelven los puntos conflictivos, especialmente en materia de propiedad intelectual y acceso a mercados estratégicos.